¿Te has enterado de que hay un nuevo Parque Nacional recién estrenado en la provincia de Málaga? Ya no son 15, como te he contado en tres artículos sobre el tema, el número 16 ha llegado por fin a materializarse.
Después de perseguir esta calificación durante nada menos que un siglo, se ha conseguido el 1 de julio del 2021. Y aunque ya era Parque Natural, Reserva de la Biosfera y Zona Especial de Conservación de las Aves, ahora se abren más posibilidades. Sobre todo de cara al sostenimiento de este espacio único, protegiéndolo de actuaciones abusivas para el medio ambiente.
En plena y soleada Costa del Sol, esta porción más elevada de la Serranía de Ronda, te brinda el espectáculo de sus cumbres nevadas a pocos kilómetros del mar. Tanta nieve caía, que desde el siglo XVI al XX, de sus picos más altos se obtenían toneladas de hielo para abastecer a distintas ciudades andaluzas.
Vale la pena conocerlo ahora, cuando todo parece recién estrenado. Anímate a darle la bienvenida a este rincón del sur lleno de vida y disfruta de sus 23.000 hectáreas de espacios naturales.
¿Nos vamos?
La primera palabra que se me ocurre para contestar esta pregunta es mucho, porque una característica que lo define es el contraste. Desde altas cumbres, como el pico Torrecilla, de 1.919 m, hasta la Sima de la Luz, la más profunda de Andalucía, a 1.101 m, pero hacia abajo.
Esto lo convierte en un paraíso para montañeros y espeleólogos, ya que cuenta con un complejo laberinto de cuevas y galerías. El origen kárstico de su relieve es el responsable de esta singularidad que atrae a aficionados de todo el mundo.
La cantidad y diversidad de su flora es uno de los principales atractivos del parque nacional. Con un protagonista absoluto, el pinsapo, que solo puede encontrarse aquí o en la vecina Sierra de Grazalema.
Este abeto endémico, con origen en la última época glaciar, ha tenido mucho peso en la calificación de parque nacional. La gran mayoría se desarrollan en un terreno adverso, rocoso, alcanzando envergaduras y perímetros muy llamativos. En algunas zonas pueden llegar a los 30 m de altura y hasta 5 m de circunferencia, sobre todo los más antiguos, que tienen alrededor de 400 años. Se encuentran a una altitud variable, normalmente entre los 1.000 y 1.800 m de altura, y el mero hecho de su existencia es una rareza excepcional. Uno de estos ejemplares, el Pinsapo de la Escalereta, de más de 500 años de vida, está catalogado como monumento natural.
La cabra montesa es el emblema de la fauna, pero también acoge a multitud de aves. En el cielo encontrarás al águila real, el halcón peregrino (con permiso de Star Wars), el buitre leonado, el búho real, el gavilán… A ras de tierra viven gatos monteses, jabalíes, muflones, ginetas o garduñas. En el agua, abundan las nutrias, el pez fraile o el cangrejo de río, del que ya quedan muy pocos ejemplares en Andalucía.
Un dato muy interesante y curioso es la cantidad de murciélagos que viven aquí. Nada menos que 16 de las 31 especies que habitan la península, entre ellas el nóctulo gigante, el mayor murciélago europeo. Aunque si no entras a las cuevas o escarbas en las oquedades de los árboles, posiblemente no lo veas, así que tranquilo.
Como contrapeso, hay muchísimas mariposas y una gran presencia de libélulas, bastante mayor que en el resto del país.
Otro de los atractivos importantes son los pueblos blancos, salpicados a lo ancho y largo del parque. Esta imagen de la simbiosis entre el hombre y su entorno en perfecto equilibrio, es una de las más atrayentes y poderosas. Alozaina, Casarabonela, El Burgo, Yunquera, Tolox, Monda, Guaro, Ojén, Istán, Ronda, Parauta, Benahavís, Serrato e Igualeja comparten el compromiso de conservación de la naturaleza. Para beneficio de propios y visitantes.
El Aeropuerto Internacional Pablo Ruiz Picasso, de Málaga y la estación del AVE María Zambrano, están a solo 40 minutos en coche de Monda y Casarabonela.
El parque nacional tiene tres accesos principales por carretera desde Málaga, Marbella o Ronda. Si vienes desde la capital, por la A-357, primero, y luego por la A-354 que enlaza con Casarabonela y Alozaina o bien por la A-355 en dirección a Coín y desde allí llegar a Monda y Ojén o a Tolox y Alozaina por la A-366.
Desde Marbella, por la A-355, que conduce hasta Ojén y más adelante conecta con el resto de los pueblos, o por la A-7176, que lleva a Istán. Si llegas desde Ronda, a través de A-366 dirección El Burgo y Yunquera o bien por la A-397 dirección Parauta y Igualeja.
No importa el camino que tomes, todos ellos atraviesan paisajes impresionantes mientras te vas acercando a estas tierras de montaña.
El entorno privilegiado del parque permite la práctica de todo tipo de deportes y actividades relacionados con el aire libre y la naturaleza. Su clima también es un excelente aliciente, aunque conviene evitar los meses más cálidos del año para algunos de ellos.
El senderismo es, por derecho propio, la actividad reina en este entorno perfecto para practicarla. La red de sendas es amplísima y comprende todos los pueblos de su área, con dificultades que van desde el paseo a la exigencia más alta.
Dos de ellas son especialmente interesantes para el caminante medio, la de Puerto Saucillo a Puerto Bellina, y la de Caucón a Tajo de la Caína. Ambas tienen origen en Yunquera y merece mucho la pena hacerlas, cuidando especialmente ir bien provisto de agua porque no abundan las fuentes.
La primera es de dificultad baja y se adentra en un tupido y ancestral bosque de pinsapos, con un recorrido mágico entre estos árboles tan viejos. En la parte más alta podrás ver los antiguos pozos de nieve, que se utilizaban para conservarla antes del traslado. Al comienzo y al final (es una ruta circular), el Mirador del Saucillo dejará tu cámara echando humo, tantas serán las fotos que querrás tomar. Las vistas sobre el río Guadalhorce son impresionantes.
La segunda ruta tiene una dificultad media, sobre todo por el camino pedregoso, también comienza en un mirador llamado Luis Ceballos y tiene muchos contrastes. Uno es la temperatura, que baja notablemente al entrar en un pinsapar muy denso. El otro, la diferencia de colores entre las blancas sierras calizas y las ocres, de origen intrusivo. Otro mirador natural, el de la Era de los Gamones, te permitirá ver hasta el mar. Al final te espera el impactante cortado de 100 m de caída vertical llamado Tajo de la Caína.
Los niños están muy presentes para la organización del parque nacional. Por ese motivo existen una buena cantidad de rutas diseñadas especialmente para ellos, cortas y sencillas, aunque con unos paisajes extraordinarios.
Además, en todos y cada uno de los pueblos encontrarás rutas a tu medida, tanto para unos como para otros, sea cual sea tu nivel.
Diferenciadas de las rutas para caminantes, el parque nacional brinda la posibilidad de un sinfín de recorridos para cualquier aficionado, incluso con peques.
Se ha apostado fuerte por esta actividad, que en España tiene un gran número de adeptos, siempre buscando un marco lo más natural posible para practicarla. En este enlace te dejo las más importantes, pero no las únicas.
Como te dije antes, aquí flipan los amantes de cuevas, simas y galerías subterráneas. Hay unas cuantas empresas dedicadas a esta actividad, que conviene hacer acompañado, sobre todo al inicio.
El barranquismo se puede practicar en muchos de los municipios del parque, toda la sierra es especialmente adecuada para esta modalidad y abundan las oportunidades. Especialmente destacado es el Barranco de los Zarzalones, lleno de saltos, caídas en rappel y toboganes naturales tallados por el agua.
En el precioso pantano de Istán tendrás la oportunidad de practicar estos deportes náuticos, en plena sierra y a 15 minutos de Marbella. El entorno es espectacular y desde el agua podrás ver algunos de los animales característicos del parque.
Hay muchas más actividades que puedes realizar, como paseos a caballo, paintboll, recorrido de vía ferrata o la experiencia inolvidable de un vuelo en paramotor.
¡Ah! No te olvides que estás muy cerca de una de las excursiones más excitantes, el Caminito del Rey, imposible perdérsela.
Acercarse a los 14 municipios que jalonan estas montañas, es impregnarse de su pasado andalusí, pero también romano e incluso prehistórico. Abigarradas casas blancas entre callejuelas de trazado imposible, macetas cuajadas de geranios y un exquisito respeto por la naturaleza los hermanan.
Aquí siempre se tuvo en cuenta que hombre y entorno dependen uno del otro. Y eso se refleja en un estilo de vida tranquilo, un tanto arcaico y encantador. Los antiguos molinos aceiteros y harineros aún siguen en funcionamiento, los cabreros y pastores de ovejas todavía recorren los caminos. Cientos de años de actividades tradicionales que ayudan a mantener un equilibrio singular.
Entre todos los pueblos de la sierra, a cuál más bonito y cuidado, me gustaría destacar esa maravilla.
Situado a 750 m sobre el nivel del mar, Ronda se asoma al profundo Tajo que la divide y la marca. Una impresionante garganta de 100 m de profundidad y 500 m de largo, con el río Guadalevín discurriendo al fondo.
El que la ha visitado alguna vez, no puede olvidarla, parece salida de la febril imaginación de un mago. Su principal atracción es el Puente Nuevo, con vistas sobrecogedoras sobre el Tajo, construido en el siglo XVIII para conectar la ciudad nueva con la vieja.
La espectacularidad de este sitio no opaca, sin embargo, otros muchos puntos interesantes que tiene la ciudad. Entre ellos, su Plaza de Toros, la más antigua de España y cuna de la tauromaquia moderna. Aunque no seas un fan de las corridas, como yo mismo, la arquitectura del edificio es algo que vale la pena conocer.
Numerosas iglesias y conventos se codean con unos baños árabes fantásticamente conservados y que pueden visitarse. Nada menos que cinco museos de diferente temática tienen su casa en Ronda, que, para gustos, colores.
Tampoco anda escasa de miradores, los cinco que se pueden encontrar son absolutamente impresionantes, con unas vistas de ensueño sobre la ciudad, el Tajo y el entorno de la Sierra.
Fuentes, casas solariegas, un antiguo castillo reconvertido en colegio y alguna puerta de la muralla original completan este perfecto compendio histórico que forma parte del parque nacional.
Si no la conoces, ya va siendo hora de que lo hagas, es en sí misma toda una experiencia.
La gran cantidad de frutos y productos silvestres de sus montes, así como la riqueza de los cultivos, son la base de la cocina tradicional de la zona.
La estrella es, cómo no, el aceite de oliva, producido de forma ecológica desde tiempos inmemoriales. No faltan los platos típicos del sur de España, como gazpachos, cazuelas y potajes, así como las sopas tradicionales de la montaña.
Perdiz, cerdo, cordero o conejo son las carnes más utilizadas, casi siempre aromatizadas con hierbas serranas. Entre los embutidos, el morcón es el rey y en el apartado de los dulces, triunfan los de almendra. Quesos y miel, también ecológica, completan los menús tradicionales de una región donde abundan las queserías y colmenerías.
Como puedes comprobar, el Parque Nacional Sierra de las Nieves tiene de todo para tentarte a visitarlo. No hay tantos hoteles, pero sí proliferan las casas rurales, sobre todo en los alrededores de Ronda.
Donde sea que te alojes, podrás disfrutar de un enclave único y singular que no te dejará indiferente.
¡Nos vemos pronto!
Me llamo Cristian Goldberger y soy un viajero empedernido. Desde niño siempre he soñado con viajar y compartir mis experiencias con todo el mundo. Tras cursar una Licenciatura en Turismo, he viajado, vivido y trabajado a ambos lados del charco. Como guía oficial del Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de San Mauricio tengo debilidad por las montañas y la naturaleza. ¿Si pudieras, te pasarías la vida viajando? Yo, desde luego que sí.
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