Si te ha gustado mi post anterior sobre senderismo en los Dolomitas aquí está lo prometido: las otras rutas que también hay que ver.
Lo cierto es que hay cientos de posibilidades en este rincón maravilloso de Europa, por eso elegir algunas es un deporte arriesgado. Pero como recorrerlas todas resulta casi utópico, salvo que vivas en la región y tengas muuucho tiempo libre, vuelvo a la carga con mis sugerencias.
Otra posibilidad sería que fueras guía especializado en los Dolomitas, pero entonces tú me aconsejarías a mí, que soy un culo inquieto por naturaleza.
Como ya tenías preparado el material, la mochila lista y las ganas a flor de piel, no queda otra que empezar a recorrer las rutas.
Y cuanto más temprano, mejor.
¡Qué difícil resulta hablar de las mejores rutas cuando todas son espectaculares! En fin, que ésta es otra que no puedes perderte por nada del mundo.
Las Torres de Vajolet se alzan desafiantes hacia el cielo como agujas góticas. De hecho, guardan un gran parecido con algunas de las majestuosas catedrales que pueden verse en distintos países europeos.
Siempre han representado un reto para los escaladores por sus paredes verticales y su silueta inconfundible, aún en medio de un macizo numeroso.
Pero no hace falta escalarlas para disfrutar de su proximidad gracias a las numerosas rutas que te acercan hasta esta maravilla de la naturaleza.
Como digo, hay variedad de posibilidades, aunque yo recomiendo una que, sin ser sencilla, es enormemente gratificante.
A 38 km de la ciudad de Bolzano, excelente lugar para dormir y visitar, está el pueblo de Viga di Fassa. Aquí podrás dejar el coche en el parking y subirte al teleférico Vigo-Catinaccio, que te llevará hasta el Rifugio Ciampedie .
Nada más salir, encontrarás la indicación del camino 540, en dirección oeste. Esta senda, amplia y cómoda, te acercará en 30-35 minutos al Rifugio Gardeccia. Es apta para todos, por eso muchos turistas que viajan en familia, deciden quedarse aquí a disfrutar de las vistas, comer o tomar el sol.
Pero como nosotros nos hemos calzado las botas de caña y llevamos en la mochila todo el equipo, pues a seguir.
Desde aquí hasta los refugios Preuss y Vajolet, siguiente etapa del recorrido, tienes algo más de una hora, y sobre el final empezarás a notar el desnivel. También te encontrarás con mucha menos gente porque aumenta la dificultad, algo que sucede en todas las rutas hacia Vajolet.
Ambos refugios brindan una panorámica de 360º de los picos y valles circundantes, situados en el mejor lugar posible.
Cuando creas que ya lo has visto todo, aún te queda lo mejor. Estás a 2.243 m de altitud y el siguiente objetivo es el Rifugio Re Alberto I, muy cerca, a solo 1 km.
La sorpresa es que este kilómetro acumula nada menos que 400 m de desnivel, ya que está situado a 2.605 m. La parte más exigente de la ruta es para gente acostumbrada a la montaña, no necesariamente escaladores, pero sí con cierto nivel de trekking.
Aunque hay cables de acero para asegurar la subida en los tramos más complicados, seguramente usarás pies y manos en algunos de ellos. Y necesitarás unas dos horas para llegar.
Ahora bien, cuando lo hagas creerás que has subido al cielo, no a una montaña, sobre todo si tienes reserva para dormir allí. Hazla con tiempo, merecen la pena ese cielo nocturno y el amanecer a los pies de las Torres. De lo mejorcito que te pueden ofrecer las rutas de los Dolomitas, créeme.
Pero, sorpresa, si te acompañan las fuerzas, aún queda algo por conocer. A solo 600 m y 15 minutos de caminata, después de dejar las mochilas a buen recaudo, llegarás al último refugio a 2.734 m de altitud.
El Rifugio Santner tiene las mejores vistas que puedas soñar, ya que trepaste hasta aquí resulta imperdonable no tirar un poco más, te lo aseguro.
Si haces coincidir este último tramo con el atardecer, te resultará inolvidable. Por eso es importante tener reserva para dormir en el Re Alberto I o aquí, aunque te adelanto que el Santner resulta bastante más caro.
La de las Torres de Vajolet es una de las rutas imprescindibles y que dejan huella, sin duda.
Si decidir cuál de las rutas vas a hacer es un trabajo a tiempo completo, en el Val Gardena aún se complica más.
Tengo presente alguna discusión a pie de pista, con cambio de itinerario en el último momento, así que mejor traer la decisión de casa. Este valle emblemático de los Dolomitas está repleto de posibilidades y es uno de los mejores para practicar senderismo con los niños.
Además, toda la infraestructura de la zona está muy enfocada al turismo familiar, así que encontrarás muchas actividades para los peques.
La montaña reina en el valle es el Sassolungo, otra de las que enamoran con su poderosa presencia, visible como un faro desde cualquier ángulo. Y en la ruta que te propongo más aún.
Desde la localidad de Ortisei hay que coger dos funiculares, Ortisei-Furnes Furnes-Seceda. Una vez allí, el alto de Seceda está a 5 minutos de la cima y muchos visitantes se conforman con la perspectiva impresionante de los picos Fermeda.
Sin embargo, es altamente recomendable recorrer la altiplanicie de Seceda, por lo menos hasta el Rifugio Firenze, en funcionamiento desde 1.888.
Para esto, tienes que coger el sendero 2b, que te llevará hasta allí por una vereda plana y sencilla, apta para toda la familia. Durante el recorrido, encontrarás varias granjas típicas de la zona, en las que es posible, y muy recomendable, comer.
El paisaje, embriagador y relajante en esta llanura ondulada envuelta en montañas, la convierte en una de las rutas más agradables que puedes hacer.
Si vas con niños, el refugio es el sitio perfecto para descansar y volver al teleférico por el sendero 1. En el camino encontrarás pequeños parques para ellos, con columpios y toboganes.
Por el contrario, si te va la marcha o no hay peques en el grupo, puedes continuar por el sendero 4 hasta el Col Raiser. Es de lo más inspirador perderse en sus increíbles vistas, con el Sassolungo como estrella.
Desde allí se puede bajar a pie hasta Ortisei y completar un día perfecto.
La región de Alpe di Siusi (Seiser Alm en alemán), está situada en la provincia italiana de Tirol del Sur. Y es el lugar para dar el mejor paseo de tu vida.
No exagero ni un pelo, dentro del Parque Natural Sciliar-Catinaccio se encuentra el altiplano más extenso de Europa. Nada menos que 56 km2 de un intenso verde en verano, que se transforman en fantásticas pistas de esquí cuando cae la nieve.
Existen 450 km de senderos para cualquier tipo de caminantes, pero predominan las rutas amables inmersas en paisajes de postal. Es tan bonito que el único problema serio es salir de allí, cuesta mucho arrancarse de este entorno privilegiado.
Si bien puedes dejarte llevar por los caminos, perfectamente señalizados y muy cómodos, recomiendo hacer el Giro del Bullaccia para aprovechar las magníficas panorámicas. Espero que te hayas provisto de una o varias tarjetas de memoria extra, es un sin parar de hacer fotos, cada rincón lo merece.
El epicentro turístico de Alpe di Siusi está en en Compatsch, desde donde parten muchas de las rutas senderistas. Se puede llegar en coche, pero al estar dentro del parque natural, existen restricciones.
En temporada alta, no podrás acceder en tu vehículo entre las 9 y las 17 horas, salvo que estés alojado en un hotel de la zona. En Compatsch hay un gran parking a 18€ la jornada, que fuera de temporada baja a 9€, sin limitaciones para subir en coche durante todo el día.
Por supuesto, que para eso estamos donde estamos, se puede simplificar accediendo en telecabina. Precios y horarios, aquí.
Nada más bajar, te envolverá inmediatamente el ambiente bucólico de los prados invitando al paseo. El sendero que lleva al Bullaccia es el 14 y comienza en un camino asfaltado que se transforma rápidamente en sendero.
Caminarás entre praderas, con ganado suelto en algunos casos, pero sin exposición ni grandes desniveles. Aunque mucha gente lo elige (no me extraña), no se siente agobio debido la amplitud de la senda y del paisaje.
Como la subida es muy suave, poco después del Rifugio Anika, te encontrarás casi sin darte cuenta en la cumbre del Bullaccia. De las vistas no puedo contarte nada, tienes que verlas por ti mismo, ni la mejor foto les hace justicia.
Descendiendo unos metros, un mirador muy concurrido te dará más material para Instagram, con una panorámica increíble del valle y las montañas. Luego de inmortalizarla, toca ir bajando suavemente hasta la estación de Compatsch para regresar.
Una preciosa ruta para todos, de unos 10 km, perfectamente asumibles y fáciles de hacer. Aunque no vayas con niños, es ideal para equilibrar con otras más duras y disfrutar de un entorno relajado y bellísimo.
Si quieres repostar en alguno de los refugios, encontrarás estupenda comida al estilo tirolés. Pero el encanto de un picnic en un lugar tan bonito, resulta innegablemente atractivo, no lo descartes.
El Val de Funes guarda una de las estampas más fotografiadas de los Dolomitas: la Chiesetta di San Giovanni (Saint John in Ranui). Está situada en el pueblo de Santa Madalenna y solo tendrás que aparcar, pagando, muy cerca de ella.
Es una iglesia pequeña de estilo gótico italiano, en medio de un prado verde, ideal para fotografiar. Si quieres acercarte o verla por dentro, tendrás que pasar por un torno, al mejor estilo New York, y depositar 4€ en monedas. Hasta el 2019 era gratuita, pero como todo hay que monetizarlo…
La cercana Santa Madalenna es otra de las más fotografiadas del valle, también con acceso restringido. Muy cerca, el ayuntamiento ha habilitado un “viewpoint”, formado por varios bancos de madera, para poder sacar todas las fotos posibles.
¿Pero ya que estás por la zona, por qué no aprovechar y hacer un poco de ejercicio? Entre las rutas que puedes elegir, está una de mis favoritas, la que lleva al Rifugio Odle, dentro del Parque Natural Puez-Odle. Comienza en el parking Zanser Alm, donde dejarás el coche por 6€, y el refugio Treffpunkt Zans. Ten en cuenta que los nombres por aquí se escriben en alemán e italiano, así que puede haber alguna confusión en ese sentido.
Las montañas, sin ir más lejos, son las Odle o las Geisler, según las nombre uno u otro. Pero las indicaciones siguen siendo claras para todo el mundo, si prestas un poco de atención.
Desde este punto, a 1.685m, arrancan las diferentes rutas que te llevarán hasta el refugio, a 1.996 m. El sendero es el 35 y te acerca, en medio de un paisaje de ensueño, hasta el pie de las espectaculares agujas de los Odle.Para seguir con las buenas costumbres, está todo perfectamente señalizado y al llegar arriba, te quedarás con la boca abierta. La situación del refugio es un privilegio digno de admirar, además de tener todo lo necesario para grandes y chicos.
Puedes bajar luego por la senda 34 y así realizar una ruta circular, asequible y de unos 11 km.
Creo que a estas alturas ya sabrás de mi pasión por los Dolomitas. Si bien estos dos artículos han versado sobre las mejores rutas, quedan por ver los deliciosos pueblos, algunos magníficos lagos y muchas cosas más.
Seguro que volveré para contártelo.
¡Buen viaje!
Me llamo Cristian Goldberger y soy un viajero empedernido. Desde niño siempre he soñado con viajar y compartir mis experiencias con todo el mundo. Tras cursar una Licenciatura en Turismo, he viajado, vivido y trabajado a ambos lados del charco. Como guía oficial del Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de San Mauricio tengo debilidad por las montañas y la naturaleza. ¿Si pudieras, te pasarías la vida viajando? Yo, desde luego que sí.
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