Para culminar esta completa guía sobre las cosas que ver en New York en 5 días, a continuación os muestro los que ver durante las últimas 48 horas de aventura. Y aunque los últimos días de cada viaje siempre suelen ser más cortos porque parte de ellos son para pasarlo en el aeropuerto, vais a flipar con la cantidad de cosas que se pueden visitar en este tiempo.
Así que, si te parecieron interesantes la parte I y la parte II de este artículo, no dejes de leer las siguientes líneas.
Sin duda, este fue el día más agotador de todos. Casi llegando al final del viaje, no se nos ocurre otra cosa que recorrernos Mahattan longitudinalmente casi de cabo a rabo. Pero, ¡no hay dolor!. Sarna con gusto no pica y, aunque fue el día más cargado de cultura, cada sitio que pisamos mereció la pena.
PUENTE DE BROOKLYN: Existen dos opciones con respecto al puente más famoso de New York, verlo desde lejos y hacerte una foto con él de fondo, o recorrerlo a pie. Así que, si habéis leído todo el artículo hasta aquí, estaréis imaginando la opción que elegimos nosotros. El puente está perfectamente delimitado para cruzarlo a pie o en transporte. Y parece muy largo, pero a paso ligero, habrás llegado de una punta a otra en menos de media hora, ya que su longitud no llega a los 2 kilómetros.
WASINGHTON SQUARE PARK: Esta parada no es demasiado imprescindible. Nosotros la visitamos de paso porque nos hacía ilusión pasar por delante de la fachada del edificio de la aclamada serie «Friends». Está a 8 minutos andando hacia el oeste desde el arco de la foto. Exactamente, en la esquina del 90 Bedford Street con Grove Street.
Otra de las atracciones incluidas en la New York Pass fue el acceso al edificio más famoso de la ciudad. El Empire State, situado en el 20 W 34th Street. Así que, como es obvio, no dudamos en incluir su visita en nuestro milimetrado itinerario. Mientras esperas para subir a la última planta a la que te permiten acceso, hay atrezo de la película de King Kong para que te fotografíes con él. Pero ten cuidado, porque parte de él solo está permitido a los turistas que quieran pagar la foto que te va a hacer un fotógrafo profesional contratado por el edificio.
Aunque nuestra visita estaba más próxima a la primavera que al invierno, nos tocó contemplar este gigantesco parque con sus infinitos lagos congelados. Lo cual no le restó belleza en absoluto. Creo que necesitarías un día entero para visitar bien el pulmón de Manhattan. Así que, si tenemos en cuanta que nosotros solo utilizamos la mitad del día para hacerlo y que, además, incluimos la visita a los 3 museos que están en sus inmediaciones, podéis imaginaros que solo recorrimos los lugares más emblemáticos del parque.
Si no entiendes de arte, este museo solo merece la pena ser visitado por su original infraestructura. Su tamaño es ideal para hacer una parada rápida, la cual hicimos porque su entrada estaba incluida en la New York Pass. Este museo está justo en la acera de enfrente de Central Park, a diferencia de los siguiente museos que van a aparecer en este artículos. Éstos, están literalmente dentro del parque.
Al contrario que el Guggenheim, este museo es enorme. Necesitas al menos medio día para visitarlo correctamente. Nosotros tuvimos que ajustarnos a los horarios que teníamos previstos y estuvimos solo una hora en su interior. Nuestra intención era haber hecho una mini parada en la terraza que hay en su azotea para descansar las piernas y disfrutar un poquito de los rayitos de sol que nos regaló ese día. Pero la Ley de Murphy parece que nos acompañó en este viaje y varios de los sitios que teníamos apuntados en nuestro itinerario estaban cerrados por obras o motivos similares. Así que nos quedamos con las ganas.
Es el último museo de los que estaban por la zona e incluidos en la City Card que optamos por visitar. El MOMA también está bastante cerca del parque, pero no despertó tanta curiosidad entre nosotros y lo dejamos fuera a la hora de hacer el cribado. Si viajas con niños, es un museo super divertido e interesante para ver.
Puedes disponerte a terminar el planning del día en la zona suroeste de Central Park. Allí encontrarás un bonito homenaje al componente del grupo The Beatles, ya que fue en el edificio que está justo al lado donde fue asesinado. Una vez has salido del parque, si continuas andando unos metros más hacia el sur, encontrarás una réplica de la Unisphere, la bola del mundo metálica famosa por su aparición en la película Men in Black. La original se encuentra en el barrio de Queens, en el parque de Flushing Meadows-Corona.
Nuestra última mañana en New York la reservamos casi en su totalidad para visitar tiendas. Y no podéis imaginar lo acertados que estuvimos con esta elección. Recuerdo aquel día como uno de los más fríos de mi vida (en la foto de Tiffany & Co podréis entender lo que digo cuando veáis mi cara). Y esto me hace recordaros que si viajáis a New York en una temporada que no esté comprendida entre los meses de mayo y octubre, siempre seáis precavidos y vayáis bien equipados con ropa de suficiente abrigo.
La pista de hielo que instalan cada año entre este complejo de edificios es demasiado mítica como para no habernos pasado a verla. Además, justo al lado se encontraba la TIENDA DE LEGO, así que nos pilló todo muy bien para hacer un itinerario cómodo este día. Aunque no tengas pensado comprar nada o no seas un fanático de Lego, te recomiendo echar un vistazo a esta tienda solo para ver la originalidad de las figuras que tienen construidas con sus piezas.
De todos es bien sabido que New York triunfa tanto a nivel turístico es por haber sido escenario de innumerables películas. Una de ellas, «Desayuno con diamante», con Audrey Hepburn. Si quieres alucinar con los precios que algunos privilegiados están dispuestos a pagar por ciertas joyas, te invito a que pases a la tienda y vuelvas a salir «ojiplático».
Y continuamos con escenarios de cine. Esta tienda, famosa por su gigantesco piano, se hizo conocida en la película Big, con Tom Hanks. Es una juguetería y tienda de dulces y gominolas al mismo tiempo. Adéntrate en este acristalado establecimiento y piérdete en sus tres plantas repletas de colores y diversión.
Y para despedirnos con un sabor dulce de New York, qué mejor que hacerlo en la tienda de M&M’s.
Ya te explicaba en mi artículo sobre las City Card o City Pass todas las ventajas de adquirir este tipo de tarjetas. Una de ellas, el uso ilimitado de transporte público. Por ello, reitero la importancia de su compra y, para muestra, un botón. Pudimos visitar tantísimos sitios gracias a esta tarjeta. Además, nuestro hotel estaba en el barrio de Queens, así que cada vez que queríamos desplazarnos a Mahanttan, necesitábamos usar el transporte público. La mayoría de los días tenían un itinerario perfectamente realizable a pie, pero por ejemplo, el 3º y 4º día tuvimos que coger varios metros y autobuses. Y en otros momentos del viaje, simplemente estábamos cansados y usábamos el autobús para recorrer dos manzanas. Sea como sea, estas tarjetas son súper fáciles de amortizar.
Para terminar, ante todo, me gustaría aclarar que esto no es más que una forma de guiarte sobre las cosas que ver en New York. Tú eres libre de planear tu aventura como te plazca. Pero cuando se trata de ciudades tan grandes, siempre viene bien leer algunos consejos antes de ponerte manos a la obra. Por ello, te dejo también otro de mis artículos en los que te cuento cómo economizar al máximo tu viaje.
Lo único que espero llegado el momento, es que disfrutes de esta mítica ciudad tanto como hice yo. No es broma cuando lo describen como la sensación constantemente de estar dentro de una película. Y tú, ¡eres el protagonista!.
Madrileña treintañera que se dedica a ahorrar todo lo que su sueldo de enfermera le permite para viajar y descubrir este maravilloso mundo en el que vivimos. Y es tal la emoción que siento cada vez que lo hago, que quiero compartir mis experiencias y aprendizajes a través de estos artículos. Espero con ello que cada viajero pueda disfrutar de cada nueva aventura igual o más de lo que lo hice yo.
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