Osaka es pura vida. Aunque parezca una exageración tratándose de un país tan contenido como Japón, la frase se ajusta como un guante a la realidad.
Como conté en el artículo anterior, los habitantes de esta ciudad se parecen poco al resto de japoneses. Aquí hay mucho más ruido, la gente es desinhibida y locuaz, el desorden y cierto espíritu retro campan a sus anchas. Ahí radica su atractivo.
Es muy interesante comprobar in situ las grandes diferencias que presentan algunas ciudades japonesas, sobre todo si vienes de Kyoto, donde pervive el viejo espíritu ortodoxo. El cambio de una a otra es un verdadero shock, especialmente si te has alojado en la zona tradicional de la antigua ciudad imperial.
Aunque Osaka se parece algo a Tokyo, tiene otro ritmo, más trepidante si cabe. Aquí la gente vive a mil por hora, pero siempre tienen tiempo para una buena comida, el sello de identidad de la ciudad. Se dice que es el centro gastronómico de Japón y gran parte del turismo que encontrarás por sus calles es nacional, debido justamente a eso.
Muchos restaurantes están situados en la zona sur, la más marchosa y divertida de todas. De ella te hablaré hoy, para que no te pierdas nada si pasas por aquí.
Así que ya lo sabes, si quieres encontrar una ciudad en Japón que es pura vida, no dejes de lado a Osaka, te sorprenderá.
Hablar de Minami,, cuya traducción es Sur, es nombrar lo más significativo de la zona: Namba, Shinsaibashi y Dotonbori, cuyo epicentro es la estación de Nanba. Lugares donde encontrar el verdadero espíritu de Osaka, traducido en miles de neones y una inmensa cantidad de tiendas.
Es la zona comercial más grande, el otro corazón de la ciudad y la capital del entretenimiento y la gastronomía. También es la más visitada por los turistas, sobre todo en la tarde-noche. Cada rincón es especial y tiene distintos atractivos, pero lo más importante es dejarse llevar al ritmo que marcan para poder disfrutarlos a tope.
Como ejemplo, el impresionante Namba Parks, un complejo de oficinas, tiendas y restaurantes que hay que ver, aunque no quieras comprar nada. Sobre todo, por los maravillosos jardines que irás encontrando en las distintas terrazas, todo un espectáculo animado por miles de luces.
En el cercano Shinsaibashi, reinan los shotengai más famosos de la ciudad, calles cubiertas que funcionan como grandes galerías comerciales. La oferta es enorme y está enfocada sobre todo en los jóvenes, que pululan como hormigas por todas partes.
No tendrás dudas acerca de que Osaka es pura vida, especialmente en estos distritos. Compras y diversión van de la mano, así como las últimas tendencias de la cultura manga, presentes en las tiendas, los bares de copas y el ambiente en general. No faltan los famosos Maid Café, esos locales donde las camareras van vestidas de colegialas o doncellas que hablan como niñas pequeñas. Para gustos, colores.
Otra zona cercana, llamada Den Den Town, es el paraíso de las tiendas de electrónica y, últimamente, del movimiento otaku de Osaka. Aquí manda el mundo del hentai, el anime y los comics, plagado de locales de videojuegos y tiendas donde conseguir cualquier figura de este particular universo.
Cuando empieza a caer la noche, es el momento de dirigir tus pasos a Dotonbori, el lugar en que todo, absolutamente todo, está repleto de restaurantes, bares, karaokes y hasta love hotels. Donde, con un poco de suerte, se puede terminar una noche a la japonesa.
La cantidad de luces y neones es inigualable, entre ellos el famoso Glico Man, el más antiguo de Japón, y punto de encuentro fotográfico de todos los turistas. En realidad, a todo lo largo del canal de Dotonbori se sucede una galería increíble de luz y color, que parece no tener fin, duplicada por su reflejo en las aguas.
Aquí la diversión está asegurada y podrás comprobar que los japoneses no se quedan cortos a la hora de soltarse la coleta. En los karaokes, además de aullar en el idioma nativo, se cogen unas cogorzas de miedo, y los extranjeros que visitan Osaka, también.
Pero a Dotonbori se viene, fundamentalmente, a comer. Hay unas cuantas especialidades, a cuál mejor, que no puedes dejar de catar. Probablemente la más famosa es el okonomiyaki, que se prepara con diferentes harinas, huevos y agua, a los que se agregan varios ingredientes. Pueden ser gambas, carne, verduras o queso, se cocina todo a la plancha y se recubre de salsa okonomiyki, algas nori, mayonesa y virutas de atún desecado. El resultado es sublime, un plato de los que no se olvidan y querrás repetir siempre que puedas. Se le conoce también como pizza japonesa, pero te aseguro que no tiene mucho que ver con la italiana.
Otra delicia que deberías probar son los takoyaki, unas bolitas de masa con un trozo de pulpo dentro que se compran en la calle, recién hechas y calentitas. Es como abrir una bolsa de patatas fritas, no se puede parar de lo buenos que están.
Es curiosa la cantidad de restaurantes de cangrejo que hay por aquí, sobre todo los de una cadena especializada que los tiene, enormes y mecánicos, en todas sus fachadas. No paran de mover las pinzas invitándote a una degustación donde cualquier plato está hecho con…cangrejo, por supuesto. Estos bichos son también de los más fotografiados de Dotonbori
Por la misma zona está Amerikamura, un rincón donde comprar lo último en moda americana. O lo que piensan los japoneses que es moda americana, no sé si me explico. Vale la pena acercarse a ver el ambiente y las curiosas farolas de forma robótica que adornan la calle.
Vamos, que aburrirte no te aburrirás ni queriendo, todo respira pura vida, te lo aseguro.
Un poco más al sur, el distrito de Tennoji te transportará a otro Japón. Uno que se quedó a medias entre el pasado y la modernidad, sin conseguir del todo esta última ni desprenderse totalmente del otro.
En un momento dado, parecía que esta zona sería la punta de lanza del nuevo país, pero no lo ha conseguido a pesar del turismo. De hecho, para los estándares japoneses puede considerarse una parte insegura de la ciudad, sobre todo por la noche.
Sin embargo, es imposible que te lo pierdas por todo lo que significa y lo curioso que resulta. De día no hay ningún problema en recorrerlo, junto con las miles de personas que harán lo mismo que tú.
Verás salas de juego por todos lados, muchas de ellas de Pachinko, esas máquinas de bolas que solo entienden los nativos y a las que son muy aficionados. También salones a la antigua, con juegos de mesa donde hay cientos de personas fumando y bebiendo como en otras épocas.
El emblema del barrio de Shinsekai, es la torre Tsutenkaku, que se construyó en 1912 como un pequeño parque de atracciones. Sufrió un incendio en 1943 y fue desmantelada, ya que servía como referencia a los bombarderos norteamericanos durante la guerra. Una vez terminada ésta, se reconstruyó con más altura que la primitiva y hoy es el reclamo publicitario de Hitachi, coronada por neones que se ven a kilómetros.
Se pueden ver también personas sin hogar en estos barrios, de hecho, algunas de ellas han construido viviendas temporales en el parque de Tennoji. Todo es bastante decadente, aquí es donde te comenté en el primer artículo sobre Osaka que te sentirás dentro de Blade Runner. A pesar de eso, vale la pena recorrer sus calles y probar la especialidad culinaria del barrio de Shinsekai, el kushikatsu.
Las familias acuden al completo para degustar esta especie de pincho moruno a la japonesa, donde cualquier cosa comestible puede empanarse en huevo y harina, freírse y ensartarse en un palillo. Está delicioso y verás que hay multitud de restaurantes, uno pegado al otro, que las ofrecen en todas sus variedades.
Otra particularidad de este barrio, es que en él perviven algunos de los últimos cines porno de Japón, prácticamente desaparecidos en el resto del país. Cuando cae la noche, a pesar de su supuesta peligrosidad, todo se llena de visitantes, tanto japoneses como extranjeros, entre miles de neones y farolillos, así que no te cortes y haz lo mismo que ellos.
En Tennoji se pueden encontrar algunos de los templos y santuarios más bonitos de Osaka, que también los hay. Dos muy recomendables son el templo Isshinji Tennoji y el santuario Sumiyashi Taisha, adornado con más de 700 lámparas de madera y piedra.
Como contrapunto, aquí se levanta el rascacielos más alto de Japón, el edificio Abeno Harukas, de 300 m de altura. Inaugurado en 2014, con su construcción se intentó dar un vuelco a la zona, y parece que poco a poco se va consiguiendo. El inmeso complejo comercial y de ocio que lo rodea, va cambiando la fisonomía del barrio. A pesar de los love hotels, los salones de juego y la fauna urbana que sigue por allí.
Lo mejor está arriba, en las últimas tres plantas donde se ha habilitado un increíble mirador. Desde allí, las vistas sobre la ciudad son impresionantes.
Hasta aquí llegamos hoy, pero aún no hemos terminado de reseñar todo lo que puede verse y hacerse en Osaka, una ciudad que destila pura vida.
¡Nos vemos en el próximo artículo!
Me llamo Cristian Goldberger y soy un viajero empedernido. Desde niño siempre he soñado con viajar y compartir mis experiencias con todo el mundo. Tras cursar una Licenciatura en Turismo, he viajado, vivido y trabajado a ambos lados del charco. Como guía oficial del Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de San Mauricio tengo debilidad por las montañas y la naturaleza. ¿Si pudieras, te pasarías la vida viajando? Yo, desde luego que sí.
Copyright © 2022 | Superguiaviajera.com · Todos los derechos reservados ·
Aviso Legal | Política de privavidad | Política de cookies | Contacto