Si quieres desconectar sin irte demasiado lejos, hoy te propongo cinco destinos que te ayudarán a hacerlo. Todos en España, pero en distintas comunidades, para elegir el que te quede más cerca o el que te atraiga con mayor fuerza. Cada uno de estos recorridos puedes encontrarlos con todo detalle en nuestra Súper Guía Viajera.
La mayoría ofrece alternativas para el turismo activo, aunque eso siempre dependerá de tus gustos y tus ganas. Son rutas por lugares mágicos, cada una con su encanto particular, ideales para perderte unos días y dejar atrás el estrés.
Desde el Valle del Jerte hasta la Costa da Morte, pasando por la Sierra de Grazalema, el Valle de Arán o una ruta del vino en La Rioja, cualquiera de ellas puede ser una excelente cura de ansiedad. .
Rodeado de naturaleza, evitando aglomeraciones y dejando atrás las grandes ciudades, el espíritu se reencuentra consigo mismo, en una comunión de intereses que vale la pena explorar.
En España tenemos unas cuantas opciones de este tipo, estos cinco destinos que te traigo hoy son solo una muestra de lo que se puede encontrar por ahí. Y no necesitarás muchos días para hacerlas, acomodando los itinerarios a tus necesidades, porque no siempre hace falta verlo todo.
Pero sí disfrutar de lo que se ve, ahí está la clave.
En medio de cascadas y cerezos, el Valle del Jerte es el primero de los cinco destinos que me gustaría recomendarte.
Una espectacular comarca natural que muchos españoles desconocen, y que produce genuino asombro al poner un pie en ella. Cuenta con un entorno que recuerda más al norte que a Extremadura, por la abundancia de agua en forma de piscinas, cascadas, fuentes y arroyos. El microclima del que disfruta, permite la existencia de frondosos bosques y paisajes húmedos, más habituales en Asturias que en el sudoeste de la Península.
Este rasgo característico, ya es en sí mismo un reclamo para que te acerques. Pero, por supuesto, hay mucho más que ver por aquí, y gran parte tiene relación con el emblema vegetal de la zona: el cerezo. La floración de millón y medio de árboles, que se cuajan de flores blancas entre marzo y abril, es un espectáculo imprescindible por la magia que desprende. Otro del momento clave, es el que coincide con la cerecera. La recolección de los frutos, sobre todo en julio, es un buen momento para participar en las muchas actividades que se programan.
Si lo que te pide el cuerpo es movimiento, el valle atesora unas cuantas rutas de senderismo inolvidables. Nombres tan sugestivos como la ruta de las Cascadas de la Garganta de las Nogaledas o la Cascada del Caozo, te brindarán la oportunidad de conocer a fondo el entorno. Además, toda la zona está llena de fantásticos miradores para llevarte la foto perfecta.
Entre sus muchos atractivos, no quiero olvidarme de los pueblos que jalonan el valle, el verdadero corazón de la tierra. Tornavacas, Jerte, Cabezuela del Valle, Navaconcejo, Valdastillas, El Piornal, El Torno y El Cabrero, son sitios donde parar a disfrutar de la gastronomía y el talante de sus gentes. Si vas en verano, aprovecha para conocer las abundantes piscinas naturales, verdaderos remansos donde paliar los rigores del calor. La más espectacular, la de la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos, impresionante.
En pleno Año Santo Compostelano, peregrinar a Galicia no resulta extraño. No importa si lo haces con todas las prendas habituales, mochila, botas, calcetines gruesos y mucho ánimo, o si prefieres una vuelta en coche para celebrar el Jacobeo.
Lo importante es ir, y si vas, un paseo por la increíble Costa da Morte, pondrá la puntilla a un viaje inolvidable. El segundo de mis cinco destinos no es cualquier cosa.
Y para todos los gustos hay en el litoral atlántico gallego, desde construcciones megalíticas en Cabañas de Bergantiños, hasta la experiencia de llegar al finisterre, con solo el océano por delante.
Entre medias, un rosario de pueblos marineros sembrados de leyendas y cincelados por el viento. Malpica, Laxe, Camariñas, Muxía guardando los ecos del Prestige, Fisterra o Carnota, son nombres que evocan vidas duras y mesas suculentas.
Una de las rutas más interesante es la de los faros, guardianes y centinelas de un mar proceloso que nunca deja de batir costas y acantilados. Todos parecen tener algo que contar y la experiencia de visitarlos, frente al insondable Atlántico, es de las que dejan huella en el alma y vértigo en el cuerpo.
Como un collar que festonea entre piedras, las inmensas y desoladas playas de Costa da Morte, más que invitar a un baño sugieren paseos interminables. Subir hasta el Cementerio de los Ingleses, o conocer en persona alguno de los hórreos más grandes que existen, no solo son visitas, se transforman en experiencias de vida.
De los cinco destinos que he elegido para ti, éste quizás sea el más espiritual, el que te lleve por un camino paralelo al de Santiago. Porque la magia de Galicia no solo está en las queimadas, lo envuelve todo, desde los amaneceres tempestuosos hasta un atardecer dorado frente a la inmensidad del mar.
Si no crees que la desconexión total es posible, anímate a conocer esta parte del mundo, es un lugar perfecto para esconder el móvil en el fondo de tu maleta.
Puede que necesites un respiro que incluya algo más que vida al aire libre. O que tu ideal de vacaciones sea una combinación de ciudades de tamaño medio con carácter, pueblos encajados en la naturaleza y buena pitanza.
Si esto es más o menos lo que buscas, ya lo has encontrado. Entre los cinco destinos ideales para desconectar, una ruta enoturística por La Rioja reúne todos los requisitos anteriores. Con el plus de disfrutar algunos de los mejores caldos del país y de Europa en su lugar de origen.
Logroño es el prototipo de esa ciudad de tamaño medio y con carácter a la que me refería. Bulliciosa, pero no agobiante, dedicada en cuerpo y alma al disfrute de los placeres de la mesa, donde el tapeo es religión con multitud de fieles. Vertebrada por el Ebro, algunas de las grandes bodegas españolas te abrirán las puertas para iniciarte en los ritos del vino. Combinar estos deleites con su pasado medieval y renacentista, es un plan excelente para una escapada.
Muy cerca, otros municipios que respiran vino por los cuatro costados, jalonan la ruta. En todos ellos, la cultura se amolda al peso de las vides, que lo impregnan todo con su cadencia de estaciones y vendimias.
Las bellezas naturales enmarcan pueblos y ciudades con mucho encanto, como Cenicero, Briones, Labastida, Laguardia o Haro, capital del rioja. Adecuadas para la visita sosegada, la degustación en profundidad y el placer de la buena mesa, con la presencia constante de las bodegas como telón de fondo.
Nada mejor si eres amante del vino que proponerte un paseo enoturístico por La Rioja, donde la elegancia está en los pequeños detalles y la grandeza, en su monumentalidad e historia.
Aquí el esplendor habita en la naturaleza y la mano del hombre que ha sabido respetarla. Por eso, si eres de los que buscan experiencias al aire libre, tanto sencillas como extremas, la Sierra de Grazalema te lo ofrece todo.
Un paraíso para los andariegos, que disponen de 21 rutas de senderismo, con niveles de dificultad que van desde principiantes a expertos. Todas en parajes de ensueño, acompañadas en muchos casos por cursos de agua y abundante vegetación, con el pinsapo como rey. Porque, aunque te parezca raro, en la Sierra llueve mucho más que en otros sitios de España. Y ya sabes, si hay agua, hay vida.
Las rutas de cicloturismo son una buena manera de disfrutar de forma sostenible mientras haces deporte. Existe una gran variedad de ellas en este Parque Natural, a caballo entre Cádiz y Málaga, para que puedas darles a los pedales. Y si prefieres ir más descansado, las bicis eléctricas de alquiler están a la orden del día y son habituales en la Sierra.
Para los que necesitan un chute de adrenalina en forma de barrancos, aquí están algunos de los mejores emplazamientos de España. La increíble Garganta Verde es la estrella del barranquismo, pero no la única, abundan los rápeles, toboganes naturales y manantiales.
Claro que otra forma de subirte literalmente a los cielos, es volar con parapente o ala delta desde pistas de despegue de renombre mundial. Si además te tira la escalada o la espeleología, has llegado al sitio perfecto.
Por supuesto, los pueblos blancos no pueden faltar en uno de mis cinco destinos para desconectar. Nombres con reminiscencias árabes, como Zahara de la Sierra, Benaocaz, Benaoján o el mismo Grazalema, son ideales para perderse en ellos y callejear. Encajados entre montes y cerros o subidos a barrancos imposibles, es un placer encontrárselos a vuelta de carretera en plena naturaleza.
De los cinco destinos, este parece el más activo, pero puede convertirse en un tranquilo paseo, según le convenga a tu estado de ánimo.
Para belleza con mayúsculas, sin paliativos, de esa que te deja con la boca abierta, nada mejor que trepar por las carreteras leridanas del Valle de Arán.
Cumbres majestuosas y lagos de ensueño, se entremezclan con pueblos de postal que armonizan perfectamente con el entorno. Ideal para visitarlo en cualquier época del año, el Valle de Arán propone un sinfín de itinerarios y actividades que pueden ir desde las más audaces a la simple contemplación de su naturaleza exquisita.
Si vas en invierno, déjate caer en la tentación de deslizarte por la nieve en sus numerosas pistas de esquí. Baqueira Beret, Salardú, Arties o Tredós, estarán encantadas de recibirte y ofrecerte sus servicios de primera calidad.
El otoño te asombrará con una paleta de colores insuperable, virando entre tonos de amarillo al rojo y con los primeros humos asomando por las chimeneas.
Primavera y verano son una explosión de vida en el Valle, lo ríos que se vuelven caudalosos por el deshielo, y los lagos de color esmeralda brillan al sol.
Salpicando el paisaje pirenaico, los hermosos pueblos con campanarios románicos y calles medievales, cada uno con su encanto particular. Vielha, la capital del Valle, es el punto de partida ideal para conocer los alrededores y con todos los servicios necesarios, a pesar de su pequeño tamaño.
Hay mucho más en el último de mis cinco destinos, joyas como Bausén, Canejean, Les, Bossòst o Vilamós, compiten en elegancia y calidez para recibir a los visitantes.
Totalmente recomendable para entrar en otra dimensión, la de la desconexión total y el goce de los sentidos, el Valle de Arán nunca defrauda.
Espero que estos cinco destinos te hagan agua la boca, que te decidas por alguno de ellos y luego me lo cuentes.
¡Buena ruta!
Me llamo Cristian Goldberger y soy un viajero empedernido. Desde niño siempre he soñado con viajar y compartir mis experiencias con todo el mundo. Tras cursar una Licenciatura en Turismo, he viajado, vivido y trabajado a ambos lados del charco. Como guía oficial del Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de San Mauricio tengo debilidad por las montañas y la naturaleza. ¿Si pudieras, te pasarías la vida viajando? Yo, desde luego que sí.
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