¿Eres un fan de lo British pero con ganas de ver el lado salvaje de Inglaterra? Ven conmigo entonces a recorrer una parte del condado con más sol y aventura del reino.
Cornwall (o Cornualles), tiene todo lo que puedes pedirle a unas vacaciones. Desde pueblos increíbles a costas preñadas de soberbios acantilados, condimentados con playas, surf, senderismo y rutas mágicas.
El Finisterre británico es una tierra especial, habitada por gentes de origen celta, hechas al viento y las tormentas pero también al sol. Duros mineros y pescadores que miran de reojo al turismo sin perder su identidad.
Pon el volante de tu coche a la derecha y lánzate a descubrir una Inglaterra clásica y rompedora a la vez, no te arrepentirás.
Donde el estuario de Looe se estrecha al máximo aparece este pueblecito absolutamente encantador. No quiero empezar aquí solo por tener lazos familiares en él, sino porque para mí es la mejor postal de presentación.
Cuajado de casas blancas con techo de pizarra, su ambiente único te cautivará inmediatamente. Un pueblo pesquero que combina ese aire bohemio típico de Cornwall con un pasado de fieros contrabandistas, muy bien reflejado en el Heritage Museum.
Las calles están llenas de tiendas de artesanía y galerías de arte, además de turistas, por supuesto. Pero el ambiente relajado, el olor a salitre y las gaviotas siempre presentes, propician un paseo tranquilo hasta el idílico y diminuto puerto. Un bellísimo enclave que se conserva exactamente igual desde el siglo diecisiete.
Cuando los temporales arrecian, unas compuertas lo cierran para mantener el pueblo a salvo del lado salvaje de la naturaleza. En el espigón están amarrados los barcos de más calado y las barcas pequeñas duermen en la arena esperando la pleamar.
Como en todo pueblo pesquero, podrás comer de maravilla en cualquier sitio, ya sea un pub, un restaurante o un puesto callejero. Vasitos de gambas y cangrejo o el infaltable fish and chips, con la calidad del género recién pescado, son la mejores opciones.
Si tienes suerte y el tiempo acompaña, hay varias playas en los alrededores. La del propio pueblo es minúscula y sólo aparece con la marea baja, pero a pocas millas están Talland Bay, Lansallos y Lantic Bay.
Por Polperro pasa también el South West Coast Path, el sendero de larga distancia más largo de Inglaterra, nada menos que 1.014 km. Un desafío para los más aventureros pero que en algunos tramos puede hacerse incluso en familia.
A estas alturas, ya no tendrás espacio en el móvil para más fotos. Pero no te preocupes, Paul Lightfoot es un afamado fotógrafo local que ya las ha tomado todas y aquí puedes verlas.
Polperro es un sitio ideal para visitar en modo slow, en verano no se permiten los coches y los perros son bienvenidos en cualquier establecimiento.
¿Quién da más?A unas pocas millas al oeste y después de cruzar en ferry el río del mismo nombre, llegamos a Fowey. Un bullicioso puerto comercial que sigue conservando todo su encanto a pesar de haber crecido mucho en los últimos años.
Si adoras los paseos en barco, has llegado al sitio ideal, es un paraíso para los amantes de la navegación y más de siete mil yates se refugian en su puerto natural. Flanqueado por dos fortines del siglo catorce, uno en Fowey y otro en Polruan, al otro lado del río, en otros tiempos gruesas cadenas se suspendieron para cerrar su bocana.
También rendido a las mieles del turismo, Fowey tiene un rico patrimonio histórico para ofrecer. Un ejemplo es el Castillo de Santa Catalina, construido por Enrique VIII para defender la entrada del puerto. Se puede llegar a él caminando desde Readymoney Cove, una adorable playa de arena y aguas cristalinas.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Fowey fue uno de los lugares desde donde se lanzaron las invasiones del Día D. Pero eso queda lejos, hoy en día verás a turistas y lugareños paseando a lo largo de la explanada del río. El hermoso recorrido lleva hasta el borde de los acantilados, donde las vistas son espectaculares.
Entre los residentes famosos cabe destacar a Daphne Du Maurier, autora de la novela gótica clásica Rebeca y también, entre otras, Los Pájaros. Ambas fueron llevadas al cine con muchísimo éxito por el director Alfred Hitchcock y la escritora sigue muy presente en la vida de Fowey. Igual que Polperro, el pueblo está repleto de pequeñas tiendas de artesanías locales, galerías de arte, librerías y mucha oferta gastronómica.
No hay excusas para no disfrutar en este antiguo refugio de piratas y contrabandistas que no ha perdido del todo su lado salvaje.
Hay cosas en este mundo tan difíciles de describir que solo sumergiéndote en ellas podrías hacerlo. Y aun así cuesta mucho encontrar las palabras exactas.
Eden Proyect es tan asombroso de visitar como complicado de contar. Puede verse como una organización benéfica educativa, una atracción turística o una empresa social. Y siendo las tres cosas, también es un maravilloso viaje a la naturaleza intervenida (para bien), por el hombre.
En un paisaje desolado, el cráter abandonado de una antigua cantera de caolín, algo más de 14 hectáreas te transportarán a un lugar mágico. Ocho enormes bóvedas, llamadas biomas, en realidad son biosferas para diferentes regiones climáticas, que lograrán dejarte mudo.
Aunque parezca increíble, los jardineros cuidan más de un millón de plantas de todo tipo. También encontrarás los insectos correspondientes a cada región, las aves e incluso cascadas. ¡Hasta una plataforma de observación sobre las copas de los árboles, solo para valientes!
Las bóvedas son de tamaño variable, pero para que te hagas una idea, la mayor tiene 200 m de largo por 100 m de ancho y 55 m de altura. Y no me olvido de los jardines al aire libre, llenos de cosas para ver y hacer. Éste es el espíritu del proyecto, aprender a encontrar un equilibrio con la naturaleza. Domesticada pero sin abandonar en ningún momento el lado salvaje que la define.
Por supuesto, el complejo es accesible para visitarlo en silla de ruedas, con perros guía o vehículos de movilidad. Hay muchas opciones para comer, todas ellas de producción local o comercio justo a un precio muy razonable.
No puedes perderte Eden Proyect en tu visita a Cornwall, es una experiencia que deja huella en la retina y el espíritu.
Este histórico puerto fue el centro de la pesca de la sardina en Cornwall, aunque ahora el turismo es su principal industria. Sin embargo, la tradición pesquera sigue muy presente y las barcas salen a faenar, incluso con visitantes de pago a bordo.
Lo ideal es aparcar cerca del muelle para callejear y empaparse del ambiente local y visitar algunas de sus atracciones. Una de las más curiosas es World of Model Railways, donde disfrutan niños y mayores amantes de los trenes y las maquetas. Puedes entrar con tu perro, siempre que esté bien educado, como nos recuerda su página web.
Pero el gran atractivo de Mevagissey son las playas y calas que lo rodean, muchas de ellas ideales también para la pesca. Una de las playas de arena más bonita es Pentewan Sands, que en realidad es privada pero abierta al público. Un poco más cerca, la playa de Polstreath ofrece un refugio muy atractivo y tranquilo contra el viento siempre presente. Pero como todo tiene un precio, deberás bajar (y luego subir), unos 200 escalones después de recorrer a pie el sendero de la costa.
Recomiendo la playa de Vault, una extensión curva de arena suavemente inclinada hacia el mar, rodeada de vegetación. Aunque en verano es bastante popular, conserva ese lado salvaje que me gusta encontrar en Cornwall.
No puedes irte de aquí sin conducir unos tres cuartos de hora para conocer los jardines botánicos más visitados de Inglaterra. The lost gardens of Heligan ocupan más de 80 hectáreas en lo que fuera una residencia aristocrática. Un lugar fascinante, lleno de misterio, que podrás explorar a través de túneles de bambú y caminos ocultos. Imposible perdérselo.
Antes de atravesar la península de Cornwall, lo mejor es seguir hacia el sur hasta Lizard´s Point, el punto más al sur de las Islas Británicas. El espectáculo es impresionante: el mar batiendo los vertiginosos acantilados con el silbido del viento como única compañía.
Discurriendo entre una costa escarpada y campos de cultivo, la carretera te lleva al otro extremo del mapa británico. Land´s End es el punto más occidental de Inglaterra y quizás, el lado más salvaje de Cornwall.
Desde allí se puede llegar a St. Ives en menos de una hora, por el centro o por la costa, aunque yo recomiendo la última opción.
St. Ives es uno de los destinos turísticos más importantes y queridos del litoral. Con el puerto como centro neurálgico, esta ciudad construida sobre una estrecha península, está rodeada de fantásticas playas de arena. El laberinto de angostas calles empedradas que irradian desde el puerto, bordeadas de casas de pescadores, es absolutamente irresistible.
Muchas de estas casas se han convertido hoy en galerías de arte, desde las más modestas a las de renombre internacional. Sin ir más lejos, la icónica Tate Gallery de Londres tiene sucursal abierta aquí. Desde que William Turner, el insigne pintor, lo visitó y pintó en 1.811, St. Ives ha sido y es refugio de artistas que buscan captar su luz especial.
Otro de los aspectos interesantes de la ciudad son sus increíbles playas, siempre cambiantes a merced de las mareas. Son cuatro las más famosas, una de ellas en el mismo puerto, ideal para ir en familia. También Porthminster, muy bien ubicada al lado de las estaciones de tren y autobús, puede ser una buena opción. Porthgwidden es la que brinda más privacidad, un poco alejada del bullicio ciudadano y la más célebre de todas, Porthmeor.
Esta última es la playa de los surferos, de cara al Atlántico y a espaldas del edifico de la Tate Gallery. Tal vez la imagen más repetida de St. Ives, que tiene el surf como uno de sus principales reclamos turísticos.
Como puedes imaginar, no te faltarán restaurantes ni cafés para repostar. En la última categoría destacan los de las playas, muy famosos y considerados de los mejores en su género. Todos tienen vistas fantásticas y ofrecen comidas a la altura del paisaje. Eso sí, la cuenta también tiene el mismo nivel, no lo olvides.
Si vas con niños, les encantará el paseo en barco hasta Seal Island, donde podrán ver una colonia de focas grises. O el trayecto en tren hasta St. Erth, 20 minutos en una de las rutas ferroviarias más pintorescas de Gran Bretaña, siguiendo el trazado de la costa.
Como ves, no te aburrirás ni un minuto en St. Ives, un destino que responde al cliché: aquí hay un lado salvaje para todos.
Siguiendo el camino costero hacia el norte, justo cuando acaba la bahía de St. Ives, encontramos el faro de Godrevy. Una de las estampas más emblemáticas de Cornwall, construido en el siglo diecinueve para paliar los naufragios. Es que la zona se las trae, acantilados de 70 metros de altura que llega hasta Godrevy Point, y que nos muestran el lado salvaje del litoral.
Newquay es sinónimo de surf en Inglaterra, aunque los australianos y estadounidenses fueron los primeros en descubrirlo, allá por los años sesenta. No faltan playas para practicar, como la impresionante Fistral Beach, orientada al oeste y que atrapa las mejores olas del Atlántico. Aunque no vayas a surfear, tienes que conocer esta franja de 750 metros de arena dorada y dunas, para muchos la mejor del país. Aquí se celebran los Boardmasters, campeonatos que atraen a competidores de todo el mundo.
No es la única, Crantock Beach y la cinematográfica Watergate Bay, son también paraísos surferos de primer orden. En cualquiera de ellas encontrarás escuelas de surf y kitesurf, alquiler de tablas y toda la parafernalia necesaria para no quedarte con las ganas. Si tu intención es pegarte un baño a nivel de los simples mortales, la mejor opción es Porth Beach, tranquila y con poco oleaje. Sin olvidar Towan Beach, el arenal más céntrico y popular de la región.
Todo este paisaje concentra a una multitud joven y moderna que armoniza perfectamente bien con el ambiente posh de la ciudad. Si bien el puerto fue el origen de Newquay, hoy es el turismo la mayor fuente de ingresos para los habitantes. Hay mucha oferta gastronómica de alta calidad, incluido el restaurante de Rick Stein, uno de los chef más famosos del país.
Y gran cantidad de atracciones para toda la familia, desde un impresionante acuario, el Blue Reef, hasta festivales de automóviles. El zoo de Newquay es el más grande de Cornwall y tiene muchas especies de animales diferentes, algunas muy raras.
Tal vez te preguntes si le falta algo, y la respuesta es no, hay de todo y para todos los gustos, igual que en St. Ives. El ferrocarril de vapor de Lappa Valley flipará a los niños, y el Cornwall Aviation Heritage Center a los amantes de los aviones. Sin dejar de lado la preciosa campiña circundante, con las típicas mansiones solariegas que se pueden visitar, como Trerice House.
Un destino perfecto donde disfrutar de todo lo que ofrece el lado salvaje de la península de Cornwall.
Como te digo a menudo, hay mucho más que descubrir en la Riviera inglesa, ahora te toca a ti contármelo.
Me llamo Cristian Goldberger y soy un viajero empedernido. Desde niño siempre he soñado con viajar y compartir mis experiencias con todo el mundo. Tras cursar una Licenciatura en Turismo, he viajado, vivido y trabajado a ambos lados del charco. Como guía oficial del Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de San Mauricio tengo debilidad por las montañas y la naturaleza. ¿Si pudieras, te pasarías la vida viajando? Yo, desde luego que sí.
Copyright © 2022 | Superguiaviajera.com · Todos los derechos reservados ·
Aviso Legal | Política de privavidad | Política de cookies | Contacto