¿Eres fan de moverte en plena naturaleza y llevar a la familia contigo? ¿Te gusta descubrir nuevas opciones para que los peques no se amarren al sofá y además vives o estás de vacaciones en Castellón?
Si contestas que sí, entonces has llegado al lugar indicado, porque esta provincia de Valencia tiene mucho que ofrecer en la materia.
Y aquí te lo cuento, siete rutas chulas para que los niños aprendan a disfrutar y valorar los espacios naturales que están allí, al alcance de todos.
Siempre con respeto y precaución, bien equipados con buen calzado, gorro, protección solar, abundante agua y algo de comida.
No te olvides de las mascotas y los abuelos marchosos, todos están invitados a compartir la experiencia del aire libre.
Así que, adelante, hay mucho que ver y conocer antes de que llegue la noche.
Si estás de vacaciones en Oropesa o Benicàssim, la Vía Verde del Mar es una alternativa estupenda para los días nublados. Un recorrido ideal para hacer andando o en bici, siempre al lado del mar y con condiciones excelentes para disfrutar en familia.
Aprovechando el antiguo trazado del ferrocarril que unía a las dos localidades, la vía tiene varios atractivos. Entre ellos túneles, algo que siempre gusta a los peques, la posibilidad de bajar a alguna cala y unas vistas estupendas.
Se puede comenzar en cualquiera de las dos localidades y tiene algo menos de 6km de una punta a otra. Es prácticamente llana y apta para vehículos adaptados y carritos de bebé, con carriles diferenciados para bicis y caminantes. Siempre con mucha precaución por la, a menudo, difícil convivencia entre ciclistas y peatones.
Tanto en Benicàssim como en Oropesa el inicio de la vía está bien indicado y existe parking en ambas.
El encanto de esta vía reside sobre todo en su entorno. Túneles, pinos, el mar siempre presente, la costa escarpada y los pasos excavados en las rocas la convierten en un paseo muy divertido para los niños.
Tampoco faltan las torres de vigilancia, tan habituales en el Mediterráneo para prevenir los ataques piratas, como la de La Cordá, fantástica por las vistas. Impresiona la inmensa obra de ingeniería que tuvo lugar para que el tren pudiera pasar por allí. Se pueden ver las enormes trincheras, grandes túneles artificiales que tienen miradores en la parte más alta, construidos para salvar la difícil orografía. Entre la primera y la segunda trinchera hay un área de descanso estupenda sobre el mar.
Pero también te encontrarás con un túnel excavado en el monte, El Bolavar, de 600 m de longitud e iluminado artificialmente. Por las dudas, lleva linterna, a veces pasa que se queda a oscuras.
El último tramo, si has comenzado en Benicàssim, es una zona ajardinada que cruza el carril bici y desemboca en la playa de la Concha. Estás en el extremo sur de Oropesa de Mar y por el camino también habrás podido desviarte hacia alguna de sus bonitas calas.
Aunque no esté en plena naturaleza, ya que hay mucha obra humana en la vía, sí que la tendrás a tu alrededor todo el tiempo.
Y lo niños se la pasarán pipa en este entorno único y especial.
Uno de los lugares más bonitos de Castellón es, sin duda, la Sierra de Espadán, trufada de pueblos con encanto y rutas de senderismo. Una de ellas la del Castillo de Aín, que además es ideal para hacer en familia.
Tanto desde Valencia como desde Castellón debes tomar la A-7 hasta la salida de la CV-223, que te lleva directamente a Aín. En la primera rotonda del pueblo hay un aparcamiento habilitado donde puedes dejar el coche. Allí también encontrarás las indicaciones, en este caso hay que seguir la ruta interpretativa 2, que es la que lleva al castillo.
En la primera parte se superpone con el GR-36, pero en la bifurcación seguirás la que indica Castell. El sendero discurre en su primer kilómetro paralelo al barranco de la Caridad, en medio de una preciosa vegetación de ribera, que te llevará hasta un puente y al Molí de’l Arc. Es uno de los sitios más pintorescos de la ruta, con aire de cuento que encantará a los niños.
Un poco más adelante comenzarás a trepar en un tramo rocoso, rodeado de alcornoques y pinos entremezclados con enredaderas. Un paisaje sorprendente y casi selvático por lo tupido de la vegetación.
Ya casi estás llegando a la cima del cerro donde se asientan las ruinas del castillo, previa subida por unos escalones de madera. Una vez arriba, las vistas son espectaculares: hacia el norte, el pueblo de Aín y hacia el este la Peña del Pastor.
De la antigua fortaleza árabe, emplazada a 625 m de altitud y que dominaba los pueblos de alrededor, solo quedan ruinas. Pero el lugar es ideal para relajarse y jugar con los peques, siempre inspirados cuando hay un castillo cerca.
Para volver puedes desandar lo andado u optar por el recorrido circular, retrocediendo hasta el desvío cercano al Molí, señalado como fuente. Desde allí bajarás suavemente por una pista forestal con vistas sobre el pueblo hasta el Área Recreativa de San Antonio, junto a las aguas del barranco, ideal para hacer el picnic.
Después de repostar convenientemente, solo queda seguir descendiendo entre huertos hasta Aín, que si quedan fuerzas, es una pura delicia.
En total son algo más de 4 km, aptos para niños a partir de 4 años (más o menos), sin carritos pero con mochila sin son más pequeños. Una de esas rutas sencillas, con un desnivel adecuado para ellos y que deja un inmejorable sabor de boca después de haber pasado el día en plena naturaleza.
Una de mis rutas preferidas para hacer con los niños es la Senda Botánica de Calduch en Villareal. Llamada así en honor del farmacéutico y botánico Manuel Calduch, nacido en esta ciudad, y que empezó su famoso herbario utilizando la rica vegetación de esta zona. Este herbario está reconocido como uno de los mejores del mundo por la Unesco, nada menos.
Es un recorrido ideal para cualquier época del año, incluso verano, por la estupenda sombra que tiene. Casi 5 km ida y vuelta por la margen sur del río Mijares, con paneles informativos, bancos para descansar y un entorno precioso. Discurre entre la ermita de la Virgen de Gracia, en Villareal, hasta el puente medieval de Santa Quiteria, en Almazora. Y aunque puedes comenzar en cualquiera de las dos puntas, vale la pena hacerlo en la ermita y luego volver para disfrutar del Paraje del Termet, donde está situada.
Aunque el camino es prácticamente llano, no se lleva bien con los carritos, casi la única pega que le podemos poner. La combinación de una senda urbana en plena naturaleza no es algo habitual y vale mucho la pena disfrutarla.
Nada más comenzar encontrarás una fuente repleta de peces, primera parada obligada con los peques. Una vez en la senda propiamente dicha, irás bordeando la antigua Acequia Mayor de Villareal, que estuvo en servicio más de 600 años. Cuando desemboca en el río Mijares se forma una pequeña cascada, otro punto interesante para ellos.
¿Quieres saber la mejor parte? Llega el tramo más divertido de la ruta porque se estrecha y aparecen dos túneles que hay que atravesar agachados, una gozada para los niños.
Un poco más adelante aparece ya el puente de Santa Quiteria, mandado construir por el mismo Jaime I en el siglo trece.
De vuelta al Paraje del Termet, podrás disfrutar de los merenderos para el picnic, juegos infantiles y muchas cosas más para completar la jornada.
Algunos dicen que el Parque Natural Tinença de Benifassa puede considerarse los Pirineos del sur. No sé si ir tan lejos, pero lo cierto es que resulta difícil creerse que uno está en Castellón cuando la visitas.
Un paisaje espectacular a medio camino entre tierras valencianas, catalanas y aragonesas que guarda multitud de historias. Y una de sus joyas más valiosas en forma de legendario paso entre grandes rocas es el Portell de L´Infern.
Durante muchos años este rincón salvaje fue transitado por estraperlistas, maquis y sus compañeros inseparables, la Guardia Civil. No eran tiempos para practicar senderismo, pero una vez que lo conoces, te cuesta imaginar las penurias de todos para atravesarlo y no por deporte. A pesar de eso, es perfectamente practicable con niños a partir de 5-6 años, sobre todo si tienen algo de experiencia.
La población más al norte de la Comunidad Valenciana, Fredes, es el punto de partida de esta ruta. A la entrada del pueblo, donde podrás aparcar, hay que tomar el camino que nace junto a un parque infantil donde a pocos metros aparece el indicador del sendero.
Siempre siguiendo los paneles rojos con el logo Parcs Naturals, se sale del pueblo por un sendero que acompaña a un riachuelo. La senda empieza a subir en busca de la Font del Teix, a través de un frondoso bosque de pinos. Antes de llegar hay una bifurcación, pero debes seguir por la derecha en dirección La Senia.
Seguirás subiendo, pero casi sin notarlo, absorto sin duda en el magnífico paisaje, hasta llegar al punto más alto, salir a la solana y comprobar el cambio de entorno. A partir de aquí se comienza a bajar por un camino pedregoso con impresionantes vistas sobre la Tinença que llegan prácticamente al mar.
Siempre en descenso, atravesarás una abertura en la montaña llamada Roca del Mirador (por algo será), y en un rato llegarás a la zona de las balmas. Son cuevas poco profundas que abundan en la zona y le dan un encanto particular.
Los últimos metros conforman un tramo espectacular, una balconada impresionante junto a enormes paredes abovedadas donde hay que prestar especial atención a los peques. Muy cerca ya encontrarás el imponente paso natural del Portell, un lugar que te hace sentir muy pequeño en medio de esta naturaleza plena y salvaje.
Hay sitio suficiente para descansar un rato y quizás pegar un bocado antes de volver por el mismo camino. Se podría hacer una ruta circular por el Salt de Robert, pero no es aconsejable con niños.
Te aseguro que será una experiencia inolvidable para ellos y para ti también.
Para descansar de la anterior, te recomiendo esta ruta mucho más sencilla pero igualmente bonita, que puede hacerse incluso con los más pequeños de la casa en mochila portabebés. Sin olvidar a los perretes, que se la pasarán bomba, igual que los niños.
La ruta comienza en el pueblo castellonés de Jérica, en la comarca del Alto Palencia, donde conviene acercarse a la oficina de turismo para recoger información. Desde allí, ya se ven las indicaciones y el acceso al aparcamiento, que es el punto donde empieza el camino.
El recorrido gira en torno a un espectacular meandro del río Palencia, que con el tiempo ha ido excavando una garganta en la montaña. Entre estas paredes de más de 50 metros de altura se organiza el sendero que recorre un paisaje fantástico, donde es posible también bañarse si la temperatura acompaña.
Casi al comienzo del camino, encontrarás el Azud de los Chorradores, donde hay varias compuertas y el agua cae literalmente a chorros. Los peques disfrutarán caminando sobre unas rejas en el suelo por donde pasa a gran velocidad bajo sus pies. Y por supuesto, encontrarán alguna piedra para arrojar, el deporte por excelencia cuando hay agua a la vista.
Un poco más adelante, una senda desciende hasta el lecho del río, dejando al descubierto varias rocas sobre las que se puede caminar. Más piedras, por supuesto. Y también la oportunidad de observar a los escaladores, que aprovechan desde hace mucho tiempo estas estupendas paredes verticales en plena naturaleza.
Hay varias pozas donde poder refrescarse, siempre con zapatillas de agua, y chapotear un rato, actividades usualmente bienvenidas por los críos. Hay que tener en cuenta que el agua suele estar de fría a helada, pero a ellos no suele importarle mucho.
La senda principal se aleja un poco para adentrarse en una pinada donde encontrarás el área recreativa, con mesas y juegos infantiles. Como verás, no falta nada para pasarlo bien.
Siguiendo el camino que acompaña al río llegarás hasta el puente de Navarza, dejando atrás el cerro que servía de muralla natural al castillo, del que se conserva la Torre del Homenaje.
Una vez cruzado el puente estarás de nuevo en Jérica, un pueblo ideal para callejear un rato antes de volver al aparcamiento después de este bonito paseo en familia.
Una ruta estupenda que combina montaña y baño es el Sendero Familiar de Montanejos, 4,5 km de senda circular para hacer con tiempo, tranquilidad y niños a partir de 5 años. Los más pequeños, como casi siempre, en su mochila.
Montanejos es un destino rural muy conocido por los que buscan paz y aguas algo más calientes que las habituales. Pero hay muchas otras actividades al aire libre que se pueden realizar en ella, como senderismo, escalada o rafting.
Entre todas, he elegido el Sendero Familiar porque tiene los ingredientes necesarios para pasar un gran día en plena naturaleza con la familia.
Para recorrer este cañón excavado por el río Mijares en plena Sierra de Espadán, tienes que dirigirte en primer lugar a Montanejos y seguir en dirección Puebla de Arenoso. Unos 500 metros más adelante aparece el aparcamiento de Fuente de los Baños, donde dejarás el coche para empezar la excursión. Un detalle importante, es zona azul, así que mejor comprar el ticket correspondiente si no quieres sorpresas.
Caminando por el arcén peatonal de la carretera, dirección Montanejos, encontrarás a los pocos metros del otro lado de la carretera, el cartel indicador de Sendero Familiar. A partir de ahí, no tiene pérdida y empezarás a trepar en medio de una preciosa pinada con vistas hasta encontrar una senda señalizada que te llevará a la Cueva Negra.
Vale la pena el desvío, aunque tengas que subir con precaución por las piedras sueltas. La cueva es enorme y los críos se la pasarán pipa en ella, imaginándose todo tipo de aventuras con osos, dragones y lobos.
De regreso al Sendero Familiar, seguirás unos metros en el bosque hasta empezar a descender hacia la carretera, que habrá que cruzar. Lo siguiente es un túnel, siempre bienvenido por los peques, que te llevará a pasar por encima de la presa de Cirat. Al otro lado de la presa podrás seguir el Sendero o bien subir por una escalera de hormigón para conocer el impresionante estrecho de Chillapájaros. Te recomiendo absolutamente esta última opción, hay otro túnel excavado en la roca y un fantástico mirador.
Desde aquí habrá que volver a la presa para retomar el Sendero por la solana, en dirección a Fuente de los Baños. Queda aún un pequeño desvío hacia el Abrigo de Rufino, una pequeña cueva con preciosas vistas sobre la comarca.
Solo queda una suave bajada hasta la Fuente de los Baños, donde te espera un merecido chapuzón y descanso antes de subirte al coche.
Después de tanta agua de río apetece un poco de sal, si es en el Parque Natural de la Sierra de Irtia, mejor. Estoy hablando de un enclave de ensueño, con casi 8.000 hectáreas terrestres y 2.500 marinas entre Peñícola y Alcossebre, que ha resistido al urbanismo salvaje. Aunque haya alguna excepción que otra, por desgracia.
Es una zona muy poco conocida y quizás por eso tan bien conservada, donde hay un sendero espectacular para hacer en familia. Es largo, unos 8 km ida y vuelta, pero puedes acortarlo a la medida de los senderistas de la mejor manera posible: bajando a la playa.
Porque durante el recorrido aparecen pequeños caminos que te llevan a las preciosas calas vírgenes que jalonan el litoral. No te lo recomiendo en pleno verano, sino que es ideal para hacer entre septiembre y octubre, cuando el agua aún está templada y el sol no pega tan fuerte.
El Parque Natural tiene muchas rutas, pero con ésta te ganas el cielo seguro, para los niños es un planazo sobre todo si lo salpican de chapuzones. Lo que no deja de ser una estupenda combinación entre ocio y deporte en plena naturaleza.
Puedes empezar en Alcossebre, concretamente en Cala Blanca, que dispone de aparcamiento para dejar el coche y poner rumbo al Faro de Irta, a unos 800 metros por un paseo pavimentado. A partir de allí comienza la ruta propiamente dicha, que discurre al lado del mar entre matorrales y pinos, bien señalizada y en buen estado.
Te encontrarás primero con la bonita Cala Mundina, ya divisando los acantilados que bordan esta parte del camino, erosionados por la fuerza de las olas. Siempre siguiendo la senda entre la vegetación arbustiva que forman el palmito, el pino carrasco, tomillo e hinojo, tan absolutamente mediterránea.
En el primer claro puedes acercarte a la preciosa Playa Serradal, amplia y llena de guijarros blancos (no olvidar las zapatillas de agua), un buen sitio para descansar y tomar un bocado.
Otra vez en la pista, encontrarás las señales blancas y amarillas del sendero PRCV 431. Allí es donde aparecen numerosos caminitos que llevan a otras calas, a cuál más salvaje y apetecible. Aunque te anticipo que la reina está al final del recorrido y se llama Cala Argilaga, un sitio fantástico para bañarse y jugar con los niños.
Como es una ruta lineal, toca regresar por donde has venido hasta Cala Blanca, siempre con el Mediterráneo a tu lado. Que no es mala compañía, por cierto.
Espero que estas siete rutas de senderismo te hayan gustado y que las recorras con los niños. Cualquier sugerencia que quieras compartir es bienvenida a través de los comentarios.
¡Disfruta!
Me llamo Cristian Goldberger y soy un viajero empedernido. Desde niño siempre he soñado con viajar y compartir mis experiencias con todo el mundo. Tras cursar una Licenciatura en Turismo, he viajado, vivido y trabajado a ambos lados del charco. Como guía oficial del Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de San Mauricio tengo debilidad por las montañas y la naturaleza. ¿Si pudieras, te pasarías la vida viajando? Yo, desde luego que sí.
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