Uno de los pueblos más bonitos de Madrid, y a menos de una hora de la ciudad. Perfecto para una visita de un día, para salir de la urbe, del asfalto, de los edificios y del ruido de la ciudad es, Patones de Arriba.
Una pequeña aldea de casas de piedra, situado en la ladera de un barranco, en el Cerro de la Oliva. Su ubicación ha sido clave a lo largo de la historia para este pueblo. De hecho, durante el s.XIX durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) cuando los franceses ocuparon el país, Patones se quedó vacío porque no fueron capaces de encontrar el pueblo, y hasta los recientes años 70 así seguía.
Despoblación y casas derruidas, era lo que encontrabas al llegar a Patones. Tan solo la visita de algunos visitantes buscando una comilona en un restaurante que aguantó la soledad, hizo que, al menos el turismo gastronómico pasara por allí, El Rey de Patones. Te dejo el enlace aquí por si quieres hacer una reserva.
El nombre del restaurante, lejos de parecer un poco pretencioso, tiene su historia. Y es que durante mucho tiempo Patones dependía del pueblo vecino, Uceda, pero en realidad los habitantes sentían un absoluto abandono por el alcalde de Uceda y decidieron nombrar a un vecino para tomar las decisiones para su pueblo. Lo llamaban el Rey de Patones hasta que consiguió la independencia y pudo nombrar a un alcalde.
Patones tiene la circulación de coches limitada a sus habitantes o a aquellos que tengan una reserva en un restaurante y tengan acceso a parking. Debido al altísimo número de visitantes que llegan en temporada alta han tenido que tomar medidas drásticas para mantener el título de ser uno de los pueblos más bonitos de Madrid y no afear el pueblo con el tráfico de los turistas.
Así que si decides ir en temporada alta, primavera y otoño, tendrás que aparcar en un parking disuasorio habilitado en Patones de Abajo. Sí, existe un Patones de abajo, supongo que ya te lo habías imaginado. Bien, aparca ahí y sube por la Senda Ecológica del Barranco. Casi un kilómetro con una pendiente bastante pronunciada hasta Patones de Arriba. Tómatelo con calma, es corto pero intenso. Pero irás acompañado casi todo el trayecto por el Arroyo de Patones que baja casi en paralelo durante todo el trazado.
Te recomiendo que una vez entres al pueblo te acerques a lo que era la Iglesia de San José. Una iglesia del s.XVII, actualmente el Centro de Interpretación Rural, ahí consigue un plano del pueblo para facilitarte el recorrido por su historia y tradiciones a través de sus calles. Por cierto, si puedes, sube a la torre, tendrás las mejores vistas del pueblo desde lo más alto del campanario.
Desde aquí parten dos rutas sobre lo más icónico del pueblo y lo que lo hace tan especial, el Ecomuseo de la pizarra. Están señalizadas con paneles informativos, una es la de las Edades de la Arquitectura, que muestra la evolución de la sociedad a través de sus construcciones. Y la otra, Arquitectura de los alimentos, que hace un recorrido por hornos, eras, cochiqueras, tinados, bodegas… cualquier lugar donde antiguamente se elaboraban productos alimenticios. Como el pueblo es pequeñito, puedes hacer las dos sin problemas.
La arquitectura negra es lo que predomina en Patones. Casas con fachadas construidas con pizarra tan característica de la Sierra de Madrid y de la famosa ruta de la Arquitectura Negra de Guadalajara, o la ruta de los pueblos negros. Son pueblos con un encanto especial, y ese color tan característico le da un ambiente un tanto misterioso que atrapa.
Este fue el motivo por el que en los años 90 fue declarado Bien de Interés Cultural, lo que hizo que el pueblo resurgiera y que hoy en día sea una de lo pueblos más bonitos de Madrid y de los mejores planes para hacer a las afueras de la ciudad.
Hay mucho reconstruido pero también hay muchas casas medio ruinosas que hacen que puedas ver el paso de los años y de la historia tal y como te la estoy contando. Es palpable, ya que no ha sucumbido del todo a los cánones del turismo masivo y no está todo reconstruido, bonito y preparado para que el turista disfrute. Esto le da un punto a favor de la autenticidad.
Otra cosa que caracteriza al pueblo y a su gente, es que las ventanas y balcones de las casas están repletas de plantas y flores. Yo creo que para compensar el aspecto triste que le puede dar el tono negro de la pizarra. Pero con esto han conseguido un contraste de colores que hace que sea aún más bonito pasear por sus calles.
El pueblo, en su conjunto, en sí, es maravilloso, pero siendo realista, no hay grandes cosas que ver en Patones de Arriba. Si tuviera que destacar algún punto que sí o sí tienes que ver, es el lavadero, situado junto al Arroyo de Patones. Perfectamente conservada esta construcción del s.XX que te da una muestra de lo que era la vida rural de sus habitantes.
Lo que te voy a contar a continuación lo podrás ver antes o después de la visita a Patones, depende de ti. De si prefieres andar antes o después de comer. Porque eso sí, tienes que comer en alguno de los restaurantes de Patones. Reserva con antelación para asegurarte la mesa.
Mi propuesta es que vayas hasta el Mirador del embalse del Atazar. Tan solo está permitido ver el embalse desde sus miradores, ya que no puedes pasear por la parte de abajo, está prohibido. Pero desde aquí, que son 15 minutos en coche, tendrás unas vistas espectaculares al paisaje que rodea Patones.
Después, a 10 minuto más en coche, tienes que ir a la presa del Pontón de la Oliva y aparcar por aquí. Podrás ver restos arqueológicos de ocupaciones de la Edad de Hierro, de los romanos y de la época medieval. También las ruinas de la ermita de Nuestra Señora de la Oliva.
También podrás admirar la obra de ingeniería más antigua del Canal de Isabel II. Esta presa es la más antigua de todo el canal, la primera en funcionar para abastecer a toda la población de Madrid. ¡¡Pero!! Hay un pero, está en desuso, y es que al poco tiempo se dieron cuenta que el terreno en el que se había construido permitía demasiadas filtraciones, y el embalse perdía capacidad y decidieron abandonarla. Hoy en día sirve de punto de encuentro para senderistas y escaladores amantes de la montaña.
Tienes que culminar el día con la ruta de las Cárcavas. Empieza en el parking que está justo en la parte baja de la presa, hay otro parking mas adelante por si este estuviera lleno. Desde ahí comienza la ruta que te lleva a las cárcavas. Son unas formaciones rocosas formadas precisamente por las filtraciones de agua y el desgaste que ésta hace sobre el terreno en una zona muy concreta. Parece un agujero en la tierra que hace que este lugar parezca Marte. El camino te permite bordearlas y obtener diferentes perspectivas para la cantidad de fotos que te vas a hacer aquí, que todos lo hacemos, jeje.
Es un paisaje que parece sacado de alguna peli de ciencia ficción situada en alguna otra galaxia.
Vas a flipar fuertemente. Puedes contármelo en los comentarios.
Hasta aquí la guía para la visita de uno de los pueblos más bonitos de la Comunidad de Madrid, Patones de Arriba.
SI te gusta este tipo de escapadas, puedes seguir la ruta por Alcalá de Henares.
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