Bienvenidos a la mejor ruta para visitar Lisboa en 3 días, qué ver, qué hacer y qué comer en esta maravillosa ciudad.
La capital de Portugal es, sin duda, una opción estupenda para pasar unos días de vacaciones, para hacer una escapada de 3 días y empaparte de todo lo que tiene para ofrecer.
Los días de vacaciones siempre nos parecen pocos pero 3 días en Lisboa son más que suficiente para conocer bien el centro de la ciudad, ya que es bastante compacto y se recorre fácilmente incluso caminando.
Para ponerte un poco en contexto te contaré que lleves calzado cómodo, como a cualquier viaje, pero apunta que Lisboa se sitúa sobre 7 colinas, por lo que algunas calles que vamos a recorrer se pueden poner un poco cuesta arriba. Aunque está llena de tranvías, buses y funiculares que te facilitarán la vida.
Es de las capitales más antiguas de Europa. Fue fundada por los fenicios, ocupada por los árabes por más de 400 años y destruida por un horrible terremoto en 1755 que tiró abajo casi por completo la ciudad, en él falleció casi un tercio de su población.
Todo esto quedó impregnado en sus calles, edificios y sus gentes. Te cuento qué ver en Lisboa en los 3 días de visita.
He dividido la ciudad en 3 partes respetando el día de llegada o de salida suponiendo que se aprovecha solo la mañana o la tarde y añadiendo una sorpresita para el final.
Empezamos el recorrido por la parte más alejada del Atlántico.
A orillas de la desembocadura del río Tajo encontramos la zona del Parque de las Naciones de Lisboa.
Con vistas al Tajo y al puente más largo de Europa, el Puente Vasco de Gama, con 17 kilómetros de largo construido cruzando todo el río Tajo. Todo un icono de la ciudad.
Pero desde donde mejor se disfruta de estas vistas es desde el teleférico, que lo puedes contratar en la plaza.
Además, esta es una zona idónea para tomar algo o comer, ya que hay un montón de restaurantes y bares de copas.
Toda esta zona es bastante nueva y moderna con edificios como el rascacielos Torre Vasco de Gama, pero como edificio diferente y llamativo es la Estación de Oriente.
Una moderna estación de tren diseñada por el arquitecto Santiago Calatrava. Si conoces alguna de sus obras la reconocerás rápidamente.
Merece la pena pasear por los alrededores para contemplar el edificio.
Si te interesa saber un poquito más de la historia y la artesanía de Portugal pásate por el Museo Nacional del Azulejo.
Es un antiguo convento de principios del siglo XVI, que alberga este museo que repasa los últimos 500 años de historia de la ciudad y de Portugal en general.
Este día va a ser el más completo, así que desayuna fuerte y prepara tu cámara porque voy a darte las claves para hacer el camino perfecto para recorrer el centro de la ciudad sin dejarte ningún detalle que ver en Lisboa.
Esta plaza es una de los puntos neurálgicos de la ciudad, además siempre ha sido así. Era donde antiguamente desembarcaban los barcos a su llegada a la ciudad por el río Tajo.
Esta enorme plaza siempre llena de ambiente es uno de los lugares más típicos de Lisboa.
Su nombre se debe a que era aquí donde se comercializaba con los productos que llegaban directamente desde el mar, especialmente el bacalao.
El protagonista de la plaza es el Arco del Triunfo que se encuentra en el inicio de la Rua Augusta, de ahí su nombre. Y hace alarde a los descubrimientos del país. Su construcción se inició en 1755 después del gran terremoto que desoló la ciudad. Se puede subir hasta la parte de arriba y contemplar la inmensidad de la plaza con el Tajo siempre de fondo.
Esta plaza también fue testigo de uno de los acontecimientos históricos más importantes de la historia reciente del país. Y es que fue aquí donde, en 1974 se inició la Revolución de los Claveles, movimiento que consiguió la caída del régimen del país y el comienzo de una nueva democracia, ya que desde 1925 no se convocaban unas elecciones.
Actualmente, es una plaza con mucho ambiente y punto de encuentro de los lisboetas.
Hoy es día de paseo así que, de camino al siguiente punto puedes pasar por esta calle que se ha convertido en una de las más fotografiadas y posteadas en Instagram. No te voy a desvelar el secreto, pero es cuanto menos curiosa. Además tiene muy buen ambiente para ir a tomar algo ya que hay varios bares y restaurantes, especialmente por la tarde o para la cena.
Otro sitio donde ir a tomar algo típico de Lisboa es el mercado. Me declaro muy fan de los mercados de las ciudades. Es el mejor lugar donde tomarle el pulso a la ciudad.
Aquí encontrarás, además de los típicos puestos de productos frescos, una zona Gourmet donde hacer una cata de los productos característicos del lugar, vinos, embutidos y quesos.
Vamos a cambiar de zona para pasar a la parte alta de la ciudad, mi recomendación para que no acabes harto de esta ciudad es que utilices los medios de transporte que te ofrece. Como este elevador que ayuda a salvar los desniveles del terreno. Además de práctico es super bonito y otra de las cosas típicas que hacer en Lisboa.
Llegamos paseando hasta la Rua Garret, otra de las calles que no pueden faltar en tu recorrido por el centro de la ciudad. A su inicio encontramos la estatua de Fernando Pessoa un escritor portugués muy querido entre los portugueses.
Y es que de libros va la cosa en esta calle, aquí se encuentra la Librería Bertrand, que según el libro Guinness de los récords es la librería más antigua del mundo que sigue en activo. Lleva abierta desde 1732.
No se me ocurre mejor plan que pasar a buscar algo para leer y sentarte en la cafetería A Brasileira, una cafetería que se conserva intacta desde 1922. Desde su apertura ha sido lugar de culto para los intelectuales lisboetas.
Igual que nos ha pasado antes, nos movemos y subimos de nivel, literalmente.
En esta ocasión te recomiendo que pases a ver el elevador de Santa Justa porque es una estructura de hierro forjado que te va a recordar a cierta torre emblemática de París. Y es que su arquitecto fue aprendiz del mismísimo Gustave Eiffel y se nota mucho su influencia.
Igual que sucede en París, este elevador se ha convertido en un icono más de Lisboa.
Si tu físico no te lo permite puedes pagar la entrada y ahorrarte el esfuerzo, pero si estás en forma, no necesariamente muy buena, jeje, puedes subir andando hasta llegar hasta la siguiente parada.
En pleno centro de la ciudad se conservan perfectas las ruinas de lo que fue un convento de finales del siglo XIV. El terremoto que sacudió la ciudad lo derribó pero aún se pueden ver los pilares y arcos que lo sostenían.
En su interior, puedes nutrirte de conocimiento con el museo arqueológico de la ciudad.
Una vez más Lisboa nos facilita el camino de cuestas y para acceder aún más alto por el barrio del Chiado encontramos el elevador de Santa Justa. Este es más peculiar que los anteriores porque se trata de un ascensor con pasarela del mismo estilo neogótico que los anteriores.
No dejéis de usarlos, lo agradeceréis al final del día.
Esta plaza que coloquialmente se llama plaza de Rossio, es una de las principales plazas de la ciudad. Por la cantidad de bares y restaurantes que hay tiene ambiente prácticamente todo el día.
La estatua que se sitúa en esta plaza protagonizando la estampa es del primer emperador de Brasil, Dom Pedro IV.
No te vayas de la plaza sin pasar a ver la Estación do Rossio, no defrauda, es realmente bonita.
Seguimos el paseo hasta el Mirador de San Pedro de Alcántara. Uno de los más famosos de Lisboa, es un jardín de dos alturas muy tranquilo, perfecto para disfrutar de un agradable descanso. Desde aquí tendrás las mejores vistas del centro de la ciudad.
Se convierte en un jardín más animado y jovial a última hora de la tarde, es punto de encuentro de los adolescentes de la zona.
El ascensor da Gloria es otro de los tranvías que nos ayudarán a salvar los desniveles de las 7 colinas de esta ciudad. En este caso cuesta abajo.
Este es el segundo más antiguo de Lisboa, empezó a funcionar en 1885. Es de los más bonitos y fotografiables.
El tranvía nos llevará a la Plaza de los Restauradores. Esta plaza conmemora la liberación de Portugal del dominio español allá por 1640.
Queda plasmado en el obelisco que la preside, donde hay dos figuras de bronce representando la victoria y la libertad.
A unos 15-20 minutos de agradable paseo llegamos al mirador más alto de la ciudad: el mirador de Senhora do Monte. El más alto y también uno de los menos conocidos.
Desde aquí podrás observar al completo la ciudad y cómo se asienta entre las 7 colinas.
Además podrás divisar los siguientes puntos de interés que te quedan por visitar. Será como mirar al futuro.
De camino a uno de los platos fuertes del día pasamos por otro mirador, sí, otro, es lo que tienen las ciudades con desnivel, que hasta la orografía hace descansos.
Este un tanto especial porque tiene una iglesia preciosa al lado, con la estética super característica de la arquitectura tradicional mezclada con los azulejos pintados típicos portugueses.
El Castelo de San Jorge es uno de los imprescindibles que ver en Lisboa.
Por aquí han pasado romanos, visigodos y árabes a lo largo de los siglos. Por lo que ha sufrido infinidad de remodelaciones y reconstrucciones. Este castillo ha visto pasar batallas, realeza, cultura, militares, obispos, terremotos, coronaciones y ahora turistas.
Puedes visitar el recinto, las murallas, los jardines, algunas torres y el yacimiento, pero lo que de verdad te va a enamorar son las vistas de la ciudad con el Tajo de fondo.
Después de la visita al castillo y los alrededores nos dirigimos a otro punto importante de la ciudad, y te recomiendo que ya que tienes que moverte lo hagas por lugares espectaculares como el largo do Portas do Sol, en el que encontraremos un mirador panorámico de los tejados rojos del barrio La Alfama.
Y bajando un poco más encontrarás el que es uno de mis rincones favoritos en Lisboa, el Mirador de Santa Luzia. Es de lo más acogedor con la decoración de columnas y azulejos, súmale que te brinda unas vistas fenomenales. Otra cosa no, pero te vas a ir de Lisboa con la memoria cargada de postales preciosas.
¿Y qué es esto de la Sé? Pues es que a las catedrales en Portugal se les llama así, por lo que en este país tenemos la Sé de Lisboa y la Sé de Oporto.
La Sé de Lisboa o Catedral de Lisboa, es la auténtica protagonista del barrio La Alfama, es la iglesia más importante de la ciudad y también la más antigua, su construcción empezó en 1147. Como era habitual, se construían los templos cristianos donde antes se situaban las mezquitas. Una forma de acabar con un régimen y empezar con otro.
Te resultará familiar ya que su construcción está inspirada en la catedral de Notre Damme en París.
Puedes visitar el interior de forma gratuita y en cualquier momento, porque está siempre abierta hasta las 7 de la tarde todos los días.
Estamos llegando al final del recorrido, y ya lo habrás visto desde lo alto de los miradores, entre los tejados rojos del barrio. Es un imponente edificio blanco que sobresale entre el resto de los edificios.
En su día se construyó como iglesia pero nunca ejerció como tal, se utilizó para albergar las tumbas de las personas más influyentes de la historia de Portugal, desde presidentes, hasta artistas de fado.
Actualmente también es un museo y puedes visitar el interior.
Si coincide tu visita en martes o sábado tendrás la suerte de conocer la Feira da Ladra. Es un mercadillo callejero que se da a los pies del Panteón, en el Campo de Santa Clara. Encontrarás todo tipo de cachivaches y artículos de segunda mano. Si te gustan las antigüedades puede ser un buen souvenir de tu visita a Lisboa.
Hoy vamos a visitar un barrio un poco más alejado del centro de la ciudad pero no menos importante. El barrio de Belem.
Puedes desplazarte en tranvía o cualquier otro medio de transporte disponible en Lisboa, pero yo soy muy fan de hacerlo al estilo más auténtico de las ciudades que visito y optaría sin ninguna duda por el tranvía.
Nos acercamos a la desembocadura del Tajo para sentir aún más cerca el océano Atlántico. Pero para afrontar todo lo que nos queda por delante te aconsejo que aproveches para desayunar el dulce típico de aquí, los pasteles de Belem. Acércate a la fábrica y disfruta!!
Esta pequeña torre sirvió de fortaleza desde principios del s.XVI. Era la puerta de entrada a Lisboa y junto con la muralla que la acompañaba servía de defensa contra los posibles ataques o invasiones de la ciudad desde el Tajo.
Se ha convertido en uno de los iconos de Lisboa y creo que también de Portugal entero. Fue declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO ya que es uno de los grandes símbolos de la época de los descubrimientos que tanto significa para esta ciudad.
Muy cerca encontramos la escultura que rinde homenaje a esos exploradores que se aventuraban al mar en busca del Nuevo Mundo y que gracias a ellos Portugal se abrió comercialmente a nuevos territorios como La India o el Lejano Oriente.
Fernando de Magallanes, Vasco de Gama o Enrique el Navegante están representados en la piedra de 52 metros de altura con forma de carabela que parece que esté impulsada por el viento.
Puedes subir hasta lo más alto del monumento para obtener unas mejores vistas y visitar una exposición que hay en el sótano.
Este precioso monasterio fue construido en 1501 con motivo del descubrimiento de la ruta de las Indias por Vasco de Gama. Fue un acontecimiento de gran envergadura para el desarrollo de Portugal y este edificio le rinde homenaje. De hecho, su tumba se encuentra en su interior, entre otras. Fue aquí, donde pasó la noche anterior a la expedición hacia Oriente.
Por su significado y por ser un gran ejemplo de arquitectura gótica tardía, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Puedes visitar las diferentes salas de exposición del museo que lo conforman.
Muy cerca verás un palacio color salmón. Fue construido en el siglo XVI y actualmente es la residencia oficial del presidente de la República de Portugal.
Para aligerar la visita de tanto monumento cultural e histórico te aconsejo que pases por LxFactory. Un lugar de esparcimiento, me encanta llamarlo así.
Es una antigua fábrica industrial reconvertida en un espacio cultural, gastronómico y de ocio.
Puedes encontrar puestos de comida, librerías, pastelerías, o espacios dedicados a la arquitectura.
No se me ocurre mejor lugar para acabar la ruta “qué ver en Lisboa en 3 días”.
Si tienes más tiempo te recomiendo muy mucho que visites Sintra o Cascais o las dos.
Si tu viaje continúa y quieres visitar la zona de costa te recomiendo que eches un vistazo a nuestra guía sobre las mejores zonas de costa de Lisboa
Y si te has enamorado del encanto portugués y te gustaría ver más ciudades, puedes visitar Oporto, te dejo la guía justo aquí.
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