Son muchos años los que llevo a mis espaldas organizando viajes. E incluso cuando he dispuesto de muchos ahorros en mi cuenta bancaria, he intentado economizar todo al máximo. Por ello, voy a compartir contigo todos los trucos que utilicé para viajar a Roma barato.
De buen viajero es sabido que si elijes volar en fin de semana, los precios suelen dispararse. Lo genial es que, en algunas capitales europeas, esto cambia si decides viajar en temporada baja. Estuve comparando precios entre enero, febrero, marzo y abril para escaparme un fin de semana con mi novio a Roma. Sin duda, febrero fue el mes que más ofertas ofrecía. Compré 2 billetes que salían de Madrid un sábado a las 6:30 a.m. y volvían desde Roma un lunes a las 9:25 a.m. por 55 euros cada uno. La antelación necesaria para conseguir este precio fueron 2 meses y medio.
Normalmente, a la gente le da más pereza viajar en los meses de invierno. Pero desde hace varios años, debido al cambio climático, los termómetros puedes alcanzar cifras bastante agradables incluso en este época.
Para llegar al centro de la ciudad barajamos varias opciones de transporte desde el aeropuerto de Ciampino. Existe un tren regional que efectúa varias paradas por 8 €. También están los autobuses de «Terravision o Shiaffini», los cuales tardan 55 minutos en llegar al centro y cuestan entre 5 y 7 €. Finalmente, escogimos los trenes «Leonardo Express» ya que son la opción más rápida y barata. Por 2,7 € te plantas en la estación central de Roma Termini en media hora. La única pega es que tienes que estar pendiente para hacer un transbordo.
No pudimos volver igual porque el primer tren disponible suele salir a las 5:35 a.m. y teníamos que estar en Ciampino muy temprano. La única opción que nos quedó fue partir nuevamente desde Roma Termini en uno de los autobuses de compañías variadas que salen a primera hora del día por 6 € aproximadamente.
Puedes organizar tu experiencia como te apetezca, claro. Pero como fan incondicional de las Tarjetas Turísticas, no puedo dejar de recomendártelas para visitar Roma en un fin de semana.
Esta ciudad ofrece dos tarjetas distintas, y ambas son muy flexibles en cuanto al número de días que puedes disfrutarlas. Nosotros quisimos hacer un viaje lo más completo posible, por eso escogimos la Omnia. Pero para ponerte todas las opciones sobre la mesa, te voy a contar un poquito sobre ambas.
Disponible para 48 (32 €) o 72 horas (52 €).
Incluye:
OPCIÓN 1: 24 horas por 55 euros.
OPCIÓN 2: 72 horas por 113 euros (Roma Pass + Travel Card + Omnia)
Si el vuelo parecía tener un precio inmejorable, espérate a leer lo que nos costó el alojamiento.
Los presupuestos de los hoteles varían en función, principalmente, de las calidades de las instalaciones y de su situación geográfica en la ciudad. También se pueden tener en cuenta aspectos como que incluya desayuno y tenga baño privado, ambos muy necesarios para mí. Así que, para conseguir viajar a Roma barato, tuve que sacrificar una de las dos primeras cosas. Y como nuestro visita iba a ser exprés y solo íbamos a estar allí dos noches, preferimos estar cerca de los sitios que queríamos visitar y dormir en una cama un poco más incómoda.
Aun eligiendo un hotel céntrico y con desayuno incluido, tocamos a 22 € por cabeza por toda la estancia. Por si os llama la atención, nos alojamos en el Hotel Acrópoli (via Principe Amedeo 63 – 67). Eso sí, nunca hay que olvidar las tasas que cobran a la llegada en casi todos los hoteles de Europa. En este caso, nos cobraron un total de 12 €.
Hoy en día, todas la capitales europeas cuentan con varias compañías que ofrecen sus servicios de Free Tour. Y no me sorprende en absoluto que estos negocios vayan haciéndose cada vez más famosos. La verdad es que son la forma ideal de hacer la primera toma de contacto con la ciudad. Dependiendo de lo generoso que quieras ser con el guía, puedes darle la «propina» que más adecuada consideres al final del recorrido. Como yo siempre suelo viajar con el presupuesto ajustado, les doy 5 €.
Y ya que mi comida favorita en el mundo entero es la italiana, en esta ocasión quise hacer un gasto extra. La compañía Civitatis ofrecía un tour gastronómico por el barrio de Trastevere, y no me lo pensé dos veces. Puedo aseguraros de que fueron los 28 € mejor invertidos de este viaje.
El tour por Trastevere nos enseñó más de lo que esperábamos. El guía nos contó que, al ser una de las ciudades con más afluencia de turistas a nivel mundial, los empresarios intentan aprovecharse de ello. Sus palabras exactas fueron: » huid de los restaurantes con menús a la entrada en varios idiomas y de los que tienen manteles de cuadros rojos y blancos». Ambas cosas sin signo de mala calidad. Intentan tirar de tópicos para atraer turistas, pero los cocineros que realmente se precian no necesitan hacer esto para que su negocio vaya bien. Lo malo es que, por ese mismo motivo, es difícil localizar sus restaurantes. Por ello, lo ideal es conocer a alguien que viva allí y te pueda aconsejar de verdad. Además, aquí la calidad no es sinónimo de precios disparatados. Los locales incluidos en el tour tenían precios muy asequibles y la comida estaba riquísima.
Con las comidas pasa exactamente igual que con los alojamientos. Depende de la calidad a la que quieras aspirar, encontrarás unos precios u otros. Pero yo tengo bastantes cosas que decirte al respecto.
Como yo lo guardo absolutamente todo cuando voy de viaje, he estado revisando los tickets de los restaurantes a los que fuimos y, casualmente, todos tienen un precio entre 27 y 29 euros. Tengo algunos recuerdos mejores que otros, pero en líneas generales, todos eran aceptables en cuanto a la relación calidad precio.
La primera comida la hicimos al salir de ver el Vaticano. No tendrás problema para encontrar restaurantes, ya que las calles de alrededor están repletas de trabajadores repartiendo folletos de publicidad con los menús que ofrecen los sitios donde trabajan. Nosotros nos decantamos por uno que costaba 9,5 euros que incluía primer y segundo plato y postre. La bebida va a parte y los precios medios suelen ser de 2,5 € el agua y el café y 3 € los refrescos. Como decía, la calidad de los alimentos en este restaurante era buena, pero los platos fueron muy simples. Para la cena, entramos en una pizzería un poco al azar. El precio fue un poco más elevado, ya que pagamos dos euros más que por los dos menús y esta vez la consumición fue solo de una pizza, un calzone y dos refrescos.
Desde que visité Italia por primera vez, siempre que sé que voy a volver soy feliz por el simple hecho de saber que voy a probar sus helados. No existe país que les pueda superar. Aunque no tenga hambre, me como un helado cada vez que tengo oportunidad. Al igual que ocurre con los restaurantes, te puedes encontrar heladerías de varias categorías. Pero en este caso, el ojo no engaña, y es más fácil reconocer cuándo un helado es realmente bueno solo con verlo expuesto en su vitrina frigorífica. Y aunque me repita, que sean buenos no significa que sean caros. Los de dos sabores cuestan una media de 2,5 €, y los de tres, 4 €.
El primer día, no quisimos irnos a dormir si un buen postre después de las pizzas. Así que entramos a una pastelería en busca de algo típico y nuevo que probar. Quitando los helados y el tiramisú, desconocíamos que dulces tradicionales ofrecía esta ciudad. De todo lo que había expuesto, los Cannolis fueron los que más nos llamaron la atención. Los pedimos de crema de pistacho y de chocolate. Lo cierto es que empalagan bastante, pero de sabor están muy ricos. Con uno es suficiente por persona y su precio es de 2 € la unidad.
En esta ocasión, como solo fuimos dos días y ya teníamos un tour contratado, no hicimos ningún free tour. Además, como la última noche cenamos con el tour gastronómico, solo tuvimos que hacer dos comidas y una cena por nuestra cuenta. De esas tres comidas, pagamos 28 en dos de ellas y la tercera la hicimos en modo ahorro. Como no podía ser de otra manera, en un McDonalds. Por tanto, teniendo todo esto en cuenta, el viaje nos costó un total de 269 euros.
Siguiendo todos estos consejos, el presupuesto puede variar euro arriba euro abajo. Pero te aseguro que en ningún momento superará los 300 euros. Y puede parecer caro para dos días, pero si tenemos en cuenta que Roma cuenta con algunos de los museos y monumentos más caros e importantes de Europa, te darás cuenta de que es un privilegio poder visitar la ciudad eterna por este precio.
Madrileña treintañera que se dedica a ahorrar todo lo que su sueldo de enfermera le permite para viajar y descubrir este maravilloso mundo en el que vivimos. Y es tal la emoción que siento cada vez que lo hago, que quiero compartir mis experiencias y aprendizajes a través de estos artículos. Espero con ello que cada viajero pueda disfrutar de cada nueva aventura igual o más de lo que lo hice yo.
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